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viernes, 19 de mayo de 2017

MATRIMONIOS - UN PACTO Y NO UN CONTRATO


MATRIMONIOS
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

UN PACTO Y NO UN CONTRATO

Mat 19:5 y dijo: ¿Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?

INTRODUCCIÓN

La primera característica que note al tratar de encontrar la razón de porque el matrimonio fue diseñado para toda la vida, fue el pacto. El pacto es nombrado en la biblia muchas veces para hacer referencia al compromiso de Dios por cumplir su promesa, la cual sello con un pacto que trajo salvación a la humanidad.

El diccionario define un pacto como un convenio o tratado solemne, estricto y condicional entre dos o más partes en que se establece una obediencia a cumplir uno o varios puntos o apartes establecidos en que ambas partes se comprometen a ejecutar ciertas acciones y a recibir retribuciones de la otra parte por su cumplimiento.

Como podemos notar el pacto es algo que se establece entre dos o más personas en donde nos obligamos para cumplir con algo específicamente establecido que no tiene fin sino hasta cuando este se cumple, así dure toda una vida para cumplirse. Mientras la biblia define al matrimonio como un pacto, el mundo ha convertido al matrimonio en un contrato en donde los esposos se comprometen a cumplir socialmente con lo que en este establecen.

DESARROLLO

La diferencia entre un pacto y un contrato radica en que el contrato puede terminarse por cualquiera de las partes, mientras el pacto no. El pacto es algo que no tiene fin mientras se vive. Cuando Dios hizo pacto con el hombre este fue eterno, solo fue renovado por medio de Cristo para dar cabida en él a toda la humanidad.

El pacto matrimonial está mejor definido en las escrituras, miremos: Mat 19:5 “y dijo:  Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?”. Tal como ha sido dispuesto por Dios el matrimonio es un estado de unidad en donde el hombre y la mujer dejan la casa de sus padres para unirse el uno al otro, no solo sexualmente, sino también emocional y espiritualmente para completarse y vivir en esta vida como si fueran una sola carne.

Para que el matrimonio pueda darse el hombre y la mujer deben comprender que este pacto no es algo que en medio de la emoción, la discusión o los problemas pueda desecharse a la primera. No, el matrimonio ha sido diseñado en Dios para que pueda soportar los embates de la emoción descontrolada, la ira, el error, los problemas económicos, y cada una de las cosas que dentro de este suceden, eso sí mientras no hayan abusos, violencia, o adulterio, pues como Pablo dice: “hemos sido llamados a vivir en paz” (1 Cor 7:15).

CONCLUSION

Si no comprendemos lo que hacemos como cristianos jamás entenderemos el propósito del matrimonio. Muchos matrimonios serán confrontados el día del juicio por no haber obrado conforme a lo que Dios estipulaba para el hogar, por eso mi intención es dar a conocer la verdad de las escrituras, de modo que quien se case comprenda que si lo hace, lo hace para toda la vida, no hay excusa, no hay problema que no pueda ser superado de la mano de Dios.

Como todo pacto solo puede sostenerse en Dios, pues si nos casamos en la emoción del enamoramiento, por obligación, por compromiso, por darle gusto a alguien más, o porque la misma congregación lo impone, jamás surgirá el entendimiento necesario para casarse.

Somos seres inconstantes, no me canso de decirlo, por ello algo que dure o permanezca como compromiso es muy difícil para el ser humano de sostenerlo. Muchos quieren separarse porque no se aguantan, porque su cónyuge cansa mucho, porque hay cosas que no se soportan, porque son groseros o aun porque algunos son agresivos (cosa que no debería suceder en un matrimonio entre cristianos), pero nuestra naturaleza no es fácil de domar, por eso debemos someternos y humillarnos bajo la poderosa mano de Dios para que sea el quien nos ayude e intervenga en medio de nuestros problemas maritales para que surja el perdón, y la solución al impase.

Oremos, Señor ayúdanos a reconocer en el matrimonio tu diseño, tus principios, tus valores para que poniéndolos por obra podamos mostrar tu amor a nuestro cónyuge, que podamos amar a pesar de las dificultades que surgen en el hogar y que como hermanos en Cristo, nos perdonemos, dejemos de ofendernos, nos preocupemos más por nuestro cónyuge y le amemos conforme a tu verdad, amen.


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