ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
Jud 1:1 Judas,
siervo de Jesucristo, y hermano
de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo:
Judas se
presenta como siervo de Cristo y hermano de Jacobo mejor
conocido por ser obispo de Jerusalén y “el hermano del Señor” (eso es, o primo
hermano, o hermano, o hermanastro) nadie conoce a ciencia cierta la verdad
acerca de los hermanos de Jesús, aunque creo no importante el tema, pues lo que
nos concierne enseñar y debatir es la obra redentora de Cristo, la virginidad
de María solo es trascendental para su nacimiento, lo que haya ocurrido después
no tiene injerencia en cuanto a la salvación.
Jud 1:2
Misericordia y paz y amor os sean multiplicados.
Todos los siervos de Dios confluyen
en declarar misericordia, paz y amor a la iglesia que les escucha, pues
reconocen que estas virtudes, si abundan en ellos les conducirán al reino y les
permitirán permanecer en su presencia.
Jud 1:3
Amados, por la gran solicitud que
tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos
que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.
Como entendido en la fe reconoce
que el tema en común a debatir entre los hermanos es la salvación de la que
ahora somos participes en común. Y nota como algo necesario exhórtanos a
contender, lidiar y combatir vehementemente por la fe que nos ha sido
entregada. Lo cual no es una batalla solo hacia afuera sino también al
interior.
Jud 1:4
Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados
para esta condenación, hombres
impíos, que convierten en libertinaje la
gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios
el único soberano, y a nuestro Señor
Jesucristo.
La iglesia ha de contender como lo
ha hecho desde el comienzo con personajes que trastornan el mensaje del
evangelio, conduciendo a quienes enseñan hacia el libertinaje que nada tiene
que ver con la libertad del Espíritu, niegan la unidad de Dios, y a Cristo.
Jud 1:5
Mas quiero recordaros, ya que una
vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de
Egipto, después destruyó a los que no
creyeron.
Y su exhortación también incluye
una reconvención para recordar lo que ocurrió al pueblo que fue sacado de
Egipto, cuando fueron destruidos aquellos que sembraron incredulidad.
Jud 1:6
Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;
De igual forma no se escaparon los
ángeles que al no guardar la dignidad que como hijos de Dios tenían abandonaron
su morada y fueron castigados bajo oscuridad en prisiones eternas esperando el
gran juicio. En este versículo Judas reconoce lo sucedido y comentado por el
libro de Enoc el cual comenta de manera más completa lo que el Génesis capítulo
6 nos muestra rápidamente.
Jud 1:7
como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que
aquéllos, habiendo fornicado e ido en
pos de vicios contra naturaleza, fueron
puestas por ejemplo, sufriendo el
castigo del fuego eterno.
También recuerda lo sucedido con
Sodoma y Gomorra ciudades vecinas que fueron consumidas por el pecado sufrieron
las consecuencias de sus actos y fueron consumidas por el fuego. Tremendos
recordatorios que nos sirven de ejemplo para entender las consecuencias de
nuestras elecciones.
Jud 1:8
No obstante, de la misma manera
también estos soñadores mancillan la carne,
rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.
Judas se encuentra enardecido
debido a algunas personas las cuales llama soñadores, corrompen sus cuerpos,
rechazan la autoridad espiritual y blasfeman aquello que no conocen y que
tienen una potestad espiritual. Es interesante que notemos las características
de estos sujetos porque ellas pueden darnos una idea del tipo de personajes que
debemos evitar en la congregación. Personas que corrompen su naturaleza dando
rienda suelta a sus pasiones y deseos, rechazan la autoridad de aquellos que
les exhortan de manera correcta, y además no tienen ningún respeto por lo
espiritual, este tipo de personas deben ser evitadas, no pueden ser guía para
el pueblo de Dios.
Jud 1:9
Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de
Moisés, no se atrevió a proferir juicio
de maldición contra él, sino que
dijo: El Señor te reprenda.
Judas también parece conocer más
detalles de los que la biblia conocida menciona, como este, en donde el
arcángel Miguel (usa su rango angelical) contiende con el adversario por el
cuerpo de Moisés quien murió pero no se sabe el lugar donde ello ocurrió o al
menos el Antiguo testamento no lo menciona. Su confrontación es real y nos
muestra el grado de cuidado que tienen los ángeles para referirse aun al
adversario.
Jud 1:10
Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales.
Es estúpido blasfemar en contra de
aquello que no se conoce, y aun peor contaminados por su pecado se comportan
como animales que no razonan y se entregan a sus pasiones.
Jud 1:11
¡Ay de ellos! porque han seguido
el camino de Caín, y se lanzaron por
lucro en el error de Balaam, y
perecieron en la contradicción de Coré.
Como Caín prefirieron servirse a sí
mismos, buscaron lucrarse de la forma equivocada como lo hizo Balaam y han ido
en contravía de la verdad como lo hizo el sacerdote Coré juntándolos a todos en
contra de Moisés, cuyo resultado fue la destrucción de todos los que creyeron
en el engaño y la mentira. Coré el
levita, descontento con su ministerio,
aspiró al sacerdocio sacrificial
también: así los ministros en la cena del Señor han tratado de hacerla un sacrificio usurpando la función de
nuestro único Sacerdote, Cristo
Jesús.
Jud 1:12
Estos son manchas en vuestros ágapes,
que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los
vientos; árboles otoñales, sin fruto,
dos veces muertos y desarraigados;
Judas compara a aquellos que siguen
la incredulidad, sus pasiones y las ganancias mal habidas como manchas en
vuestra celebración de amor, solo buscan satisfacerse a sí mismos, son llevados
de aquí para allá porque no están cimentados en la verdad, están muertos y sin
fruto.
Jud 1:13
fieras ondas del mar, que espuman
su propia vergüenza; estrellas
errantes, para las cuales está reservada
eternamente la oscuridad de las tinieblas.
Su declaración enfática para
quienes viven en el engaño de las tinieblas y su seguridad son determinantes
para conocer el destino de aquellos que viven de esta manera.
Jud 1:14
De éstos también profetizó Enoc,
séptimo desde Adán,
diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de
millares,
Jud 1:15
para hacer juicio contra todos, y
dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho
impíamente, y de todas las cosas duras
que los pecadores impíos han hablado contra él.
De nuevo Judas habla de Enoc y su
profecía que podemos encontrar en el libro de Enoc, un libro que parte de la
iglesia considera apócrifo pero que otra parte reconoce el llamado profético de
Enoc para con una humanidad caída, antes del diluvio.
Jud 1:16
Estos son murmuradores,
querellosos, que andan según sus
propios deseos, cuya boca habla cosas
infladas, adulando a las personas para
sacar provecho.
Las personas que actúan de esta
manera son problemáticos, andan satisfaciendo su naturaleza carnal, su boca
habla sin medir las consecuencias, y también son aduladores que buscan sacar
provecho de los demás.
Jud 1:17
Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes
fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo;
Jud 1:18
los que os decían: En el postrer
tiempo habrá burladores, que andarán según
sus malvados deseos.
Jud 1:19
Estos son los que causan divisiones;
los sensuales, que no tienen al
Espíritu.
Los que no tienen al Espíritu Santo
siguen los deseos de la carne, son sensuales, coquetos, generan conflicto y
división, burlaran la autoridad.
Jud 1:20
Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo,
Jud 1:21
conservaos en el amor de Dios,
esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
Pero quienes tienen al Espíritu
Santo deben mantenerse edificados sobre la fe, orando el espíritu,
conservándose en el amor de Dios y confiados en la misericordia de nuestro
Señor para vida eterna.
Jud 1:22
A algunos que dudan,
convencedlos.
Algunos de los que actúan guiados por
sus propios deseos podrán ser reconvenidos por la iglesia para que se convenzan
de la necesidad que tienen de Dios, pero otros no podrán serlo.
Jud 1:23
A otros salvad, arrebatándolos
del fuego; y de otros tened misericordia
con temor, aborreciendo aun la ropa
contaminada por su carne.
Seran salvos aquellos que Dios dispone
que lo sean, del resto debemos tener misericordia y hablarles de la verdad, sin
contaminarnos con sus fechorías.
Jud 1:24
Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria
con gran alegría,
Jud 1:25
al único y sabio Dios, nuestro
Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.
Termina
dando toda la gloria, majestad, imperio y poder, en lo eterno al Padre y al
hijo, reconociendo su esencia. Esta pequeña carta es una exhortación clara y
contundente para seguir la verdad y no desviarnos, ni corrompernos por aquellos
que no la predican, ni la practican, pues en estos tiempos habrán maestros y
enseñanzas conforme a todos los gustos y necesidades, pero pocas conforme a la
verdad.