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viernes, 18 de noviembre de 2016

ESTUDIO BÍBLICO 1 PEDRO 1

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ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

1Pe 1:1  Pedro,  apóstol de Jesucristo,  a los elegidos,  extranjeros dispersos por el Ponto,  Galacia,  Capadocia,  Asia y Bitinia,
Pedro ha adoptado el nombre que Cristo le asignó, Aunque en ocasiones se le llame Cefas en las escrituras, antepone su designación al servicio de Cristo para con el pueblo de Dios presentándose como el enviado de Jesús. Y nos llama la atención que se dirija a los elegidos, permitiéndonos comprender que la elección es divina.
1Pe 1:2  según la previsión* de Dios el Padre,  mediante la obra santificadora del Espíritu,  para obedecer a Jesucristo y ser redimidos* por su sangre:  Que abunden en ustedes la gracia y la paz.
Todo lo que produce y hace la iglesia ocurre por la previsión de Dios Padre, quien por medio del Espíritu Santo nos aparta y perfecciona para que nuestra obediencia sea irreprochable. Cuando somos apartados para el propósito divino la redención de pecados es llevada a cabo por la sangre del cordero, por la cual pueden obrar la gracia y la paz de Dios en nuestros corazones.
1Pe 1:3  ¡Alabado sea Dios,  Padre de nuestro Señor Jesucristo!  Por su gran misericordia,  nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo,  para que tengamos una esperanza viva
Sus palabras están llenas de alabanzas, y sus referencias, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo hacen una clara distinción de la obra que cada uno ejerce en el corazón del Hombre. El Padre ha provisto la elección de aquellos que han de ser santificados por el Espíritu y redimidos por la Sangre del Hijo. Su enseñanza también incluye el tema del “nacer de nuevo” que por la misericordia divina y mediante la resurrección del Hijo podemos tener una esperanza fundamentada en la verdad y en un hecho innegable que es la resurrección.
1Pe 1:4  y recibamos una herencia indestructible,  incontaminada e inmarchitable.  Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes,
Además de disfrutar de un nuevo nacimiento en el espíritu, recibimos una herencia incorruptible, que no ha sido contaminada, y que no es perecedera como la flor, cuya belleza desaparece con el tiempo, pero a esta herencia el tiempo no la puede marchitar. Pero esta herencia no será entregada sobre lo terrenal, sino sobre lo eterno.
1Pe 1:5  a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos.
En necesario hacer notar que la fe protege nuestro ser hasta que la salvación se complete o perfeccione con el tiempo. La fe nos protege como un escudo en la medida en que se fortalece por las pruebas que vivimos y se hace más evidente el conocimiento de la verdad y la sustancia de esta sobre nuestro ser.
1Pe 1:6  Esto es para ustedes motivo de gran alegría,  a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo.
Si notamos, para los creyentes neotestamentarios la prueba y el sufrimiento eran recibidos con gran alegría, porque ello implicaba que se conocía la verdad y que a través de a prueba se hacía evidente la bienaventuranza del creyente.
1Pe 1:7  El oro,  aunque perecedero,  se acrisola al fuego.  Así también la fe de ustedes,  que vale mucho más que el oro,  al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación,  gloria y honor cuando Jesucristo se revele.
Pedro ahora nos habla de otro fundamento, la fe, que es probada y fortalecida por el fuego que produce el sufrimiento en nuestras vidas. Una fe probada es mayor riqueza que el oro fino, pues ella solo demuestra la aprobación divina, y es digna de gloria y honor cuando Cristo se revele.
1Pe 1:8  Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto;  y aunque no lo ven ahora,  creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso,
El amor hacia Dios se manifiesta por medio de la fe, esa sustancia de lo que se espera, esa prueba de lo que no se ve, y reconocernos perdonados, redimidos y dignos de la presencia de Dios produce un gozo maravilloso fruto del Espíritu.
1Pe 1:9  pues están obteniendo la meta de su fe,  que es su salvación.
La meta de la fe, es conducirnos a través de las circunstancias manteniendo el gozo, la paz y todo fruto del Espíritu para alcanzar la salvación, la liberación y la victoria, sobre el pecado, la maldad y la muerte.
1Pe 1:10  Los profetas,  que anunciaron la gracia reservada para ustedes,  estudiaron y observaron esta salvación.
Muchos profetas hablaron de la salvación que habría de venir, la estudiaron y observaron, pero no la vivieron, porque estaba reservada para nosotros.
1Pe 1:11  Querían descubrir a qué tiempo y a cuáles circunstancias se refería el Espíritu de Cristo,  que estaba en ellos,  cuando testificó de antemano acerca de los sufrimientos de Cristo y de la gloria que vendría después de éstos.
Sus estudios les condujeron a buscar y tratar de descubrir las circunstancias y sufrimientos a los que se referían sus profecías y todo lo que vendría después de la muerte de Jesús.
1Pe 1:12  A ellos se les reveló que no se estaban sirviendo a sí mismos,  sino que les servían a ustedes.  Hablaban de las cosas que ahora les han anunciado los que les predicaron el evangelio por medio del Espíritu Santo enviado del cielo.  Aun los mismos ángeles anhelan contemplar esas cosas.
Todo aquel que sirve conoce y entiende a quien sirve, y esto no fue ajeno a los profetas, a quienes les fue revelado que servían a nosotros, la iglesia. Ellos hablaron de lo que habría de venir, y que ahora ha tenido su cumplimiento con la predicación del evangelio. Su entendimiento y revelación se revela de manera concluyente cuando nos deja entrever que hasta los mismos ángeles anhelan contemplar lo que ahora contempla la iglesia.
1Pe 1:13  Por eso,  dispónganse para actuar con inteligencia;* tengan dominio propio;  pongan su esperanza completamente en la gracia que se les dará cuando se revele Jesucristo.
Actuar con inteligencia no es fácil, pues para que ello ocurra el conocimiento ha de ser empleado con conciencia, de donde proviene la inteligencia divina. Se nos exhorta a tener dominio propio y a poner nuestra esperanza en la gracia de Dios que se revelara en Cristo.
1Pe 1:14  Como hijos obedientes,  no se amolden a los malos deseos que tenían antes,  cuando vivían en la ignorancia.
Nuestros deseos moldean la realidad que vivimos, si provienen de nuestra naturaleza carnal entonces provienen de la ignorancia, pero si provienen de la naturaleza divina entonces provienen de la inteligencia, una inteligencia que no depende de la mente.
1Pe 1:15  Más bien,  sean ustedes santos en todo lo que hagan,  como también es santo quien los llamó;
Solo cuando actuamos con inteligencia consciente, y con dominio propio podemos obrar conforme a la santidad, siendo obedientes, para ser amoldados por la verdad.
1Pe 1:16  pues está escrito:  "Sean santos,  porque yo soy santo."*
Si bien esta exhortación proviene del A.T. Levitico 11:45, sigue siendo vigente para su pueblo.
1Pe 1:17  Ya que invocan como Padre al que juzga con imparcialidad las obras de cada uno,  vivan con temor reverente mientras sean peregrinos en este mundo.
Ahora que en nuestra oración invocamos la presencia del Padre y su justo juicio sobre nuestras vidas, debemos vivir con reverencia, reconociéndonos peregrinos. El peregrino es alguien que está de paso, no busca acomodarse demasiado porque pronto tendrá que partir, así que solo carga con lo necesario y vive con ello. La iglesia ha dejado de vivir como peregrina creyendo que al tener y poseer cosas podrá hacer la diferencia, sin darse cuenta que un peregrino solo busca llegar a la fuente.
1Pe 1:18  Como bien saben,  ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados.  El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas,  como el oro o la plata,
1Pe 1:19  sino con la preciosa sangre de Cristo,  como de un cordero sin mancha y sin defecto.
Es necesario que aquel que conoce de Dios entienda que ha sido rescatado de una vida banal y absurda sumergida en el pecado y la vanagloria que lo esclavizaba. Además se debe instruirse sobre el precio que fue pagado por ese rescate, el cual no fue con cosas perecederas, sino que demostrando el inmenso amor que nos tiene, pago con la preciosa sangre de Cristo, que como cordero sin defecto y sin mancha dio cumplimiento a lo establecido por la ley como pago por el pecado. 
1Pe 1:20  Cristo,  a quien Dios escogió antes de la creación del mundo,  se ha manifestado en estos últimos tiempos en beneficio de ustedes.
Cristo ha sido escogido por Dios desde antes de la creación como el medio por el cual obraría la salvación para con su pueblo. Se ha hecho manifiesto para nuestro beneficio.
1Pe 1:21  Por medio de él ustedes creen en Dios,  que lo resucitó y glorificó,  de modo que su fe y su esperanza están puestas en Dios.
Es a través de Cristo que podemos creer en Dios, quien obro en el la resurrección y le glorifico al obedecer hasta la muerte. Su sacrificio y resurrección han permitido que nuestra fe y esperanza tengan un fundamento.
1Pe 1:22  Ahora que se han purificado obedeciendo a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos,  ámense de todo corazón* los unos a los otros.
Nos purificamos al obedecer a la verdad, cuando amamos con sinceridad a nuestro prójimo.
1Pe 1:23  Pues ustedes han nacido de nuevo,  no de simiente perecedera,  sino de simiente imperecedera,  mediante la palabra de Dios que vive y permanece.
Nuestro nuevo nacimiento tiene una fuente, una fuente que es eterna, y se sustenta en la palabra de Dios que vive y permanece incólume.
1Pe 1:24  Porque  "todo mortal es como hierba,  y toda su gloria como flor del campo;  se seca la hierba y se cae la flor,
1Pe 1:25  pero la palabra del Señor permanece para siempre."* ustedes.

Lo terrenal es perecedero, aun sus mayores glorias solo permanecen mientras viven, y como hierba y flor, que un día reverdecen y florecen, también desaparecen, mas la palabra del Señor es eterna, no puede ser contenida por el tiempo, ni por el espacio, ella es.

3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Apreciado hermano, la verdad de la que se habla en el v.22 es la enseñanza de Jesús, aquella que les fue confirmada por el Espiritu Santo, en la cual vivian y seguian el ejemplo de los apostoles que a su vez la habian aprendido del Señor.

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