ESTUDIO BÍBLICO SANTIAGO 2

ESTUDIO BÍBLICO

Por: Camilo Sastoque

Ministerio Unidad de la Fe

Jas 2:1  Hermanos míos,  la fe que tienen en nuestro glorioso Señor Jesucristo no debe dar lugar a favoritismos.

El favoritismo es común en las congregaciones, las posiciones son ocupadas por aquellos con favor por parte de aquellos que ejercen el liderazgo, pero esta conducta es equivocada, si bien es cierto que existen personas que se ganan nuestro cariño y otras que generan empatía con nosotros, no es sano dar lugar al favoritismo, lo hacen cuando permiten a personas inmaduras ejercer liderazgo, cuando fomentamos algunos privilegios, cuando sobreestimamos a algunos por encima de los otros. El favoritismo es una práctica que evidencia la inmadurez del ministro, que evidencia poco sometimiento a la voluntad divina, y que da rienda suelta a la división, al abuso de la autoridad y a la contienda.

Jas 2:2  Supongamos que en el lugar donde se reúnen entra un hombre con anillo de oro y ropa elegante,  y entra también un pobre desharrapado.

Jas 2:3  Si atienden bien al que lleva ropa elegante y le dicen:  "Siéntese usted aquí,  en este lugar cómodo",  pero al pobre le dicen:  "Quédate ahí de pie"  o  "Siéntate en el suelo,  a mis pies",

Jas 2:4  ¿acaso no hacen discriminación entre ustedes,  juzgando con malas intenciones?

Santiago usa un ejemplo del diario vivir para con la congregación, que expone evidentemente las intenciones del corazón de aquel que sirve a Dios. Su evidente exposición nos confronta con nuestros actos, que evidencian las preferencias y gustos antepuestos al servicio. Ninguna de nuestras acciones tanto dentro como fuera de la congregación debe evidenciar favoritismo, pues el solo demuestra nuestra inmadurez.

Jas 2:5  Escuchen,  mis queridos hermanos:  ¿No ha escogido Dios a los que son pobres según el mundo para que sean ricos en la fe y hereden el reino que prometió a quienes lo aman?

No son los pobres, lo que Dios ha escogido para ser ricos en la fe?, esta pregunta debe ser meditada. Como podemos despreciar a aquel que es rico en el ámbito espiritual, aquel a quien Dios ha provisto de tan agraciado don.

Jas 2:6  ¡Pero ustedes han menospreciado al pobre!  ¿No son los ricos quienes los explotan a ustedes y los arrastran ante los tribunales?

Sin temor y con convicción Santiago confronta su inmadurez, y les enfrenta a la verdad, sus actos claramente evidenciaban sus preferencias y favoritismos, por ello como bueno enviado de Dios les exhorta a dejar de lado esa mentalidad. El hombre puede ser explotado, arrestado, maltratado y hasta ultrajado por alguien con poder económico o político y aun así continua buscando favor ante estos hombres, despierten les está diciendo Santiago, no se dan cuenta que son los ricos, los poderosos, quienes los explotan?, porque continúan congraciándose con ellos, solo son unos hipócritas que sufren como consecuencia de sus decisiones. Solo un espíritu libre por el poder de Dios, puede confrontar el sistema, sin temor al que dirán o por la necesidad de tener algún favor puede confrontar la explotación y la injusticia a la que se enfrenta su pueblo.

Jas 2:7  ¿No son ellos los que blasfeman el buen nombre de aquel a quien ustedes pertenecen?

La iglesia tenía conocimiento de que los hombres ricos y poderosos de aquel lugar blasfemaban el nombre del Señor y aun así se comportaban con favoritismos hacia ellos, como quien espera el favor de ellos.

Jas 2:8  Hacen muy bien si de veras cumplen la ley suprema de la Escritura:  "Ama a tu prójimo como a ti mismo";*

La supremacía del amor al prójimo debe ser muestra de nuestro gran amor por Dios, solo quien ama a Dios puede amarse de verdad a sí mismo, y con ese amor responder con amor para con su prójimo. Toda la escritura está impregnada de la esencia de esta ley, desde la creación hasta Cristo y sus Apóstoles, todo es y será por amor.

Jas 2:9  pero si muestran algún favoritismo,  pecan y son culpables,  pues la misma ley los acusa de ser transgresores.

Jas 2:10  Porque el que cumple con toda la ley pero falla en un solo punto ya es culpable de haberla quebrantado toda.

Jas 2:11  Pues el que dijo:  "No cometas adulterio",* también dijo:  "No mates."* Si no cometes adulterio,  pero matas,  ya has violado la ley.

Ahora se dirige a la ley, con la cual les acusa de haber pecado por actuar sin compasión y misericordia para con los más humildes. Quien se jacta de cumplir la ley, debe cumplir con cada aspecto que ella defiende. Lo cual es imposible, porque si cumples con algo, de seguro no cumplirás con algún aspecto particular de la ley, lo cual ya te hace culpable.

Jas 2:12  Hablen y pórtense como quienes han de ser juzgados por la ley que nos da libertad,

Jas 2:13  porque habrá un juicio sin compasión para el que actúe sin compasión.  ¡La compasión triunfa en el juicio!

Ahora en Cristo somos libres de la ley, pues un segundo pacto tiene efecto sobre los que creen, a pesar de ello Santiago nos insta a cumplir con la ley, que antes nos conducía al pecado, pero que ahora nos da libertad al comprender que la ley se resume en el amor al prójimo. Además nos recuerda el juicio venidero del cual participaremos y la importancia de la compasión y el amor en nuestros actos.

Jas 2:14  Hermanos míos,  ¿de qué le sirve a uno alegar que tiene fe,  si no tiene obras?  ¿Acaso podrá salvarlo esa fe?

Y nos confronta con una fe que debe mostrar obras que la confirmen como verdadera. Y nos pregunta ¿podrá salvarlo esa fe?, de seguro nuestra fe debe estar acompañada de la compasión por nuestro prójimo para que se evidencie una fe verdadera, si no es falsa y engañosa.

Jas 2:15  Supongamos que un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse y carecen del alimento diario,

Jas 2:16  y uno de ustedes les dice:  "Que les vaya bien;  abríguense y coman hasta saciarse",  pero no les da lo necesario para el cuerpo.  ¿De qué servirá eso?

Jas 2:17  Así también la fe por sí sola,  si no tiene obras,  está muerta.

Nuestras acciones deben nacer del amor y la fe, si no es así, entonces nuestras acciones no son provechosas para nuestro crecimiento espiritual. De que nos sirve que nuestros ojos sean abiertos a la verdad y continuemos impávidos ante el dolor, el sufrimiento y la mentira, no es posible que un hijo de Dios se quede quieto, siempre sentirá en su corazón el impulso para ir a las naciones, para predicar la verdad, para dar ánimo y consuelo.

Jas 2:18  Sin embargo,  alguien dirá:  "Tú tienes fe,  y yo tengo obras."  Pues bien,  muéstrame tu fe sin las obras,  y yo te mostraré la fe por mis obras.

Santiago nos da una característica de la fe verdadera, la fe que obra por medio del amor obra, no se queda allí no más, quien solo muestra su gran fe, no entiende lo que es verdaderamente la fe. Quien se adentra en la fe, entiende que el necesitado necesita ser saciado, y que el que sufre necesita apoyo y consuelo. Como puedes sostener una fe que no obra?, no tiene fundamento, pues son las obras las que la confirman y la hacen evidente al creyente y al no creyente. Si muestras tu fe sin obras, quedara en evidencia tu inmadurez y tu falta de entendimiento, por eso actúa, obra conforme a la fe, al amor y la compasión.

Jas 2:19  ¿Tú crees que hay un solo Dios?  ¡Magnífico!  También los demonios lo creen,  y tiemblan.

No basta con creer, la fe es también la confianza que da sustancia a lo que se cree. Este ejemplo que nos da debe servir como testimonio de que no es suficiente creer, también los demonios lo hacen, pero ellos permanecen destituidos de la gloria de Dios, no es eso terrible?. No es suficiente creer, es necesario obrar conforme a la fe, con obediencia y amor por aquel a quien decimos servir y amar.

Jas 2:20  ¡Qué tonto eres!  ¿Quieres convencerte de que la fe sin obras es estéril?*

Algunos pueden creer que esto es innecesario, que la fe sin obras es estéril, pero podríamos descubrirnos lejos del amor y la misericordia de Dios.

Jas 2:21  ¿No fue declarado justo nuestro padre Abraham por lo que hizo cuando ofreció sobre el altar a su hijo Isaac?

Jas 2:22  Ya lo ves:  Su fe y sus obras actuaban conjuntamente,  y su fe llegó a la perfección por las obras que hizo.

¡Que maravillosa enseñanza! La fe se perfecciona en la medida en que es puesta en obra, que se acciona, que se pone en práctica lo que hemos aprendido. Abraham siempre obediente a su fe y a los designios de Dios acompaño su fe de una obediencia absoluta, que confronta nuestra fútil sujeción.

Jas 2:23  Así se cumplió la Escritura que dice:  "Creyó Abraham a Dios,  y ello se le tomó en cuenta como justicia",* y fue llamado amigo de Dios.

Jas 2:24  Como pueden ver,  a una persona se le declara justa por las obras,  y no sólo por la fe.

La justificación no obra solamente por la fe, sino que también se participa de ella por la obras en conformidad con esa fe.

Jas 2:25  De igual manera,  ¿no fue declarada justa por las obras aun la prostituta Rahab,  cuando hospedó a los espías y les ayudó a huir por otro camino?

Para argumentar su explicación, nos presenta la vida de Rahab que siendo prostituta, obro conforme al designio de Dios y fue declarada justa por Dios. Como entonces podemos juzgar a alguien que obra conforme al designio divino?.

Jas 2:26  Así,  pues,  como el cuerpo sin el espíritu está muerto,  así también la fe sin obras está muerta.

El cuerpo puede funcionar con un espíritu muerto (o sea sin la presencia o vida de Dios), así vivimos durante muchos años y de esta manera nos lo muestra Santiago, pero ahora nuestro espíritu ha sido vivificado por Dios y nuestro cuerpo ahora percibe la divinidad, Es entonces cuando una fe que antes pertenecía al ámbito de la mente, ahora la trasciende para ser puesta por obra y así demostrar que ella proviene del espíritu, se extiende a la mente y termina por obedecerse en el cuerpo. De esta manera podemos comprender que una fe que no obra, no está viva, o que la vida de Dios no habita en ella, para que este viva o se evidencie la vida de Dios en ella, debe obrar, actuar o proceder conforme a la voluntad divina.