PREDICA DOMINICAL - ¿QUIEN ES UN HIPÓCRITA?

QUIEN ES UN HIPÓCRITA

¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano.
S. Lucas 6:42 RVR1960

INTRODUCCIÓN

Vivimos en una sociedad que avala y aprecia la mentira en cada uno de sus aspectos, en la política, la religión, la cultura y cada uno de los aspectos que competen a una sociedad supuestamente desarrollada. La sociedad se corrompe de una forma cada vez mayor, en donde ya no se distingue la mentira de la verdad, lo falso de lo verdadero.

Por eso es muy importante que la iglesia vuelva a las escrituras para que a través de ella pueda descubrir la verdad y pueda descubrir que aquello que cree como bueno o normal, no lo es. Solo porque todos lo crean o lo avalen, eso no quiere decir que sea cierto o verdadero.

La iglesia necesita volver a la verdad para reconocer la mentira y el engaño y uno de los mayores engaños que existen es la hipocresía, esta lo ha permeado todo, y sobre todo a la iglesia. Hoy tenemos una cantidad de personas que dicen ser cristianas pero que su forma de actuar, sus frutos niegan sus creencias. Por eso quiero que descubramos quien es un hipócrita.

DESARROLLO

El diccionario nos define un hipócrita como: "Que finge una cualidad, sentimiento, virtud u opinión que no tiene". Pero La biblia es aún más específica para descubrirlo. Todos somos hipócritas en una u otra medida. ¿Porque?  porque la mentira ha alcanzado diferentes niveles en nosotros, en unos más que en otros. 

Pero ¿quién es un hipócrita para Jesús? el mismo enseña sobre ello, vamos al versículo de Lucas 6:42 en donde nos dice que un hipócrita es aquel que es capaz de criticar, juzgar y condenar a su prójimo sin verse a sí mismo primero.

También nos dice que un hipócrita es aquel que falsea algo, su oración, su dar, o su ayunar, (Mateo 6) en verdad un hipócrita es aquel en quien la mentira ha permeado tanto que ya no es capaz de distinguir lo falso de lo verdadero, no puede ver hacia sí mismo, sino que todo lo juzga de afuera hacia adentro, en vez de ser de adentro hacia afuera.

Un hipócrita vive de apariencias, quiere aparentar aquello que él no es, cree ser mejor que los demás sin reconocer la maldad de su corazón, quiere justificarse a sí mismo por sus acciones, es necio porque confía en sí mismo, Finge una vida espiritual, la cual es como un sepulcro blanqueado que por fuera aparenta ser bello, pero por dentro solo contiene huesos secos.

Su vida esta seca de vida espiritual y así lo demuestran sus frutos, que son aparentados delante de todos para querer dar a entender algo que no se es en el interior.

CONCLUSIÓN

Ten cuidado de caer en la hipocresía, la cual sutilmente te hace creer que eres un verdadero creyente. Muchos creen que son creyentes porque van a la iglesia, porque son de una religión en específico, porque hace esto o lo otro, pero eso no te hace un verdadero creyente. 

Ser un verdadero creyente implica vivir un arrepentimiento verdadero, un continuo perfeccionamiento en la disciplina del Espíritu, y justicia, paz y gozo en el espíritu, los cuales pertenecen al interior. Cualquiera que quiera aparentarlo quedara al descubierto al no encontrarse en él los frutos de un verdadero arrepentimiento, una transformación real, y los frutos de la práctica de una vida espiritual.

Si has descubierto hipocresía en ti, es tiempo de arrepentirte y pedir a Dios que la revele a nuestro corazón, si hemos caído en la hipocresía de querer aparentar algo que no somos, pidamos perdón a Dios quien quiere restaurarnos y mostrarnos la verdad.

Oremos, Señor hemos sido rebeldes, amadores de sí mismos, hemos sido hipócritas y lo reconocemos, te pedimos perdón Señor, te necesitamos para poder ver la verdad, para comprender que las cosas interiores no se pueden imitar en lo exterior, ayúdanos a reconocer la hipocresía cuando esta surge de nuestra naturaleza carnal, no nos dejes caer en su engaño, y que al descubrirla nos apartemos de ella siempre, amen.