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domingo, 20 de marzo de 2016

PREDICA DOMINICAL - CADA UNO ESCOGE SUS BATALLAS



CADA UNO ESCOGE SUS BATALLAS

Pro 21:31 Se alista al caballo para el día de la batalla, 
pero la victoria depende del Señor.

INTRODUCCIÓN

Quisiera decirte que no vas a tener que enfrentar ninguna batalla, ninguna dificultad, que nada te va pasar, pero no te puedo mentir, no será así. Desde que decides enfilarte en el ejercito del Dios viviente, todo soldado tendrá que enfrentar alguna dificultad, alguna batalla, algún problema, todo con la intención maravillosa de sacar a la luz la verdad.

Aunque pueden ser muchas batallas a la que podemos enfrentarnos, todo buen guerrero sabe que no puede desgastarse de forma inútil en aquello que no generara ningun resultado, por eso el tiene que escoger que batallas pelear.

DESARROLLO

Para escoger cuales batallas pelear, el creyente debe tener claras sus prioridades o terminara peleando por cosas que ni se imagina y envuelto en una cantidad abrumadora de conflictos, que solo generaran cansancio y fatiga.

La iglesia de hoy parece dar una mayor importancia a lo exterior que a lo interior, cada vez se construyen templos más grandes, auditorios gigantescos a costas de los hermanos, mientras se descuida la ayuda a los necesitados, esta es una batalla perdida.
Cuando te digo que escojas tus batallas elige siempre glorificar a Dios, sea en lo que sea. Si es en tu trabajo elige pelear por aquello que de más gloria a Dios, puede que con ello tengas que renunciar al éxito y a lo que quieres lograr, pero entonces ganaras más en lo eterno. Puede que quieras ganar la batalla por tu matrimonio y te desgastas peleando tratando de cambiar a tu pareja para que sea como tú quieres, sin darte cuenta que eso nunca va a ocurrir y que debes mejor elegir orar por ella o el para que Dios toque sus vidas y ellos sean transformados para la gloria de Dios.

Nos enfrascamos en tantas batallas a diario por cosas que no merecen nuestra atención, y dejamos lo importante para después. Muchos prefieren inmiscuirse en el conflicto en sus propias fuerzas, creyendo que por sus propios medios podrán solucionar las cosas, para luego darse cuenta que primero debieron haber peleado esa batalla en la oración, en la presencia de Dios.

El pueblo de Dios se desgasta en una activitis crónica que tiene desgastado a la gran mayoría de sus fieles, y que genera pérdida de recursos humanos y materiales en cosas sin sentido. De allí, la importancia de saber escoger nuestras batallas.

CONCLUSION

Si de verdad quieres ganar batallas para Dios y glorificarle a él, entonces deja de lado tu egoísmo, la vanidad, el orgullo y la mentira. Para que entonces puedas ver con claridad aquello por lo que realmente necesitas pelear.

Pelea por una relación íntima con Dios, cueste lo que te cueste. Pelea en oración por tu pareja, por tus hijos, pues es allí donde un guerrero cristiano gana sus batallas. Dobla tus rodillas y deja de confiar en ti mismo, para que la verdadera confianza que surge de la gracia y el amor divinos puedan encontrar cabida en ti.

Deja de pelear contra el gobierno porque no hace nada y es corrupto y empieza a orar por ellos. Deja de quejarte de tu pastor y ofrécete para servirle. Deja de quejarte de tu trabajo y se un mejor trabajador, pues humillarte a ti mismo, tiene mayor recompensa. Deja de pelear con tu pareja, pues no es con ella el problema o conflicto, es probable que debas pelear contigo mismo para que puedas cambiar aquello que genera el conflicto, pero te desgastas en las quejas, en el dolor, sin darte cuenta que tu batalla es primero contigo mismo y luego para con lo exterior.

Gana la batalla contra ti mismo, pide a Dios la gracia para dominarte a ti mismo y entrégate a la voluntad de Dios para que puedas glorificarle en cada batalla que comienzas con la gloria de la victoria que pertenece a él, pero que genera en nosotros fruto de paz, templanza, paciencia y perseverancia para amar y servir.
¿Qué batallas estas peleando?


Oremos, Señor permítenos rendirnos ante ti, antes de cualquier batalla que podamos emprender, sabiendo que la victoria es tu gloria y que al someternos voluntariamente a ti podamos glorificar tu nombre ante los hombres, sabiendo escoger nuestras batallas, para que descansando en ti podamos esperar la victoria siempre, amen.

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