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lunes, 10 de febrero de 2014

TIEMPO DE REFLEXION



Dos monjes iban caminando por el campo al atardecer. Mientras caminaban, oraban y reflexionaban. Un poco antes de acercarse a un río que tenían que cruzar, el cual no tenía puente para hacer­lo, se les acercó una mujer de baja estatura, pidiéndoles que le ayudaran a cruzar el río. Uno de ellos inmediatamente dijo que sí, mientras el otro lo veía con mirada de desaprobación. El que se apuntó para ayudar a la pequeña mujer la subió en sus hombros y terminado el río la bajó de sus hombros, la mujer quedó muy agra­decida con ese monje. Los monjes siguieron su camino y el que no aprobó la decisión empezó a reclamarle al monje que ayudó a la mujer a cruzar el río acerca de su comportamiento: "¿Por qué subiste a esa mujer sobre tus hombros?, ¿no sabes que en el templo nos tienen prohibido mantener contacto con mujeres?". El monje que había ayudado a la mujer no respondía a las pregun­tas del otro monje. Siguieron su camino y el monje insistía en sus preguntas, a lo que el otro monje no respondía. Poco antes de llegar al templo, el monje le volvió a cuestionar acerca de lo que había hecho y por fin el monje respondió: "Hace más de cuatro horas que esta mujer ya no está cerca de mi cabeza, pero sigue en la tuya. ¿Qué ganas con hacerte daño al tener en tu mente cosas del pasado?, ¿qué ganas con tener en tu mente cosas que a ti no te afectan?".

Tenemos en nuestra mente acontecimientos o hechos que ya pa­saron, que no nos gustaron y que nos siguen haciendo daño, cuan­do lo mejor es, si no podemos borrarlos totalmente de nuestra memoria, al menos hacerlos a un lado o recordarlos como un he­cho del cual podemos aprender.

Filipenses 4:8  Por lo demás,  hermanos,  todo lo que es verdadero,  todo lo honesto,  todo lo justo,  todo lo puro,  todo lo amable,  todo lo que es de buen nombre;  si hay virtud alguna,  si algo digno de alabanza,  en esto pensad.

La mente humana se ha convertido en un formidable adversario para el espíritu del hombre, pues es capaz de responder con argumentos, mentiras, engaños a todo cuestionamiento por más difícil que parezca, la mente humana ha dejado sin fundamento lógico a la fe, ha destruido seres humanos, los ha encadenado a una vida de pecado y frustración, pues la mente solo puede entender lo que parece lógico, más a Dios le ha placido alcanzar a la humanidad por medio de la locura de la predicación del evangelio, porque en la fe, no hay cabida para la mente, la mente siempre es dual, se mueve entre la duda y la incertidumbre y seguir sus preceptos y terminar lejos de Dios, solo cuando la mente está bajo sujeción y dominio del espíritu, por la gracia divina, es cuando la mente puede operar para vida y no para destrucción, el mundo de hoy alaba las grandes mentes, pero nosotros ponemos nuestros ojos en las cosas del Espíritu, porque es allí que encontramos la vida y la naturaleza divina en Cristo. La historia de hoy nos sumerge en la profunda dicotomía de la mente, siempre tratando de justificar sus acciones egoístas y motivadas por el temor, mas no por la fe, el primer monje respondió con amor y siguiendo lo que su corazón y espíritu discernían sirvió a pesar de los prejuicios a los cuales se podía enfrentar, el segundo solo se dedicó a escarbar en su mente y a presentar los argumentos sobre los cuales se les impedía tener contacto con mujeres, con sabiduría el monje que llevo a la mujer en sus hombros le responde que el problema está en su mente, gasta todos sus pensamientos en algo trivial, y se encasilla en el prejuicio y los juicios, más la mente del primer monje trascendió los prejuicios para servir, cuantas veces los prejuicios han limitado nuestro actuar, no nos han permitido mostrar el Dios de amor que vive y que envió a Su hijo a servirlos a todos, que predico a las prostitutas, a los pecadores, y que comió en las casas de aquellos que no parecían dignos ante las autoridades eclesiales de su tiempo, hemos perdido la capacidad de amar porque vivimos bajo el dominio de la mente, y esta nos impide amar, en la mente no hay amor verdadero, el amor que allí habita es un amor egoísta, que solo busca lo suyo, que le limita o impide actuar porque sus prejuicios no se lo permiten. El versículo de hoy nos confronta con lo que llena nuestras mentes, algunos están sumidos en la impotencia por la enfermedad, otros en el temor, algunos otros por los traumas que vivieron en el pasado, lo cual les impide vivir un presente maravilloso, lleno del amor y la presencia de Dios, pongamos nuestras pensamiento en las cosas correctas, en todo lo bueno, para que podamos obrar conforme al propósito divino y podamos liberarnos del yugo de una mente egoísta que no piensa en su prójimo con amor.

GUIA DE ESTUDIO

Cuales son esas cosas que aun tienes en tu mente que te impiden seguir adelante?

Que cosas has visto solo con la mente y has dejado de ver con el espíritu?

Que clase de pensamientos llegan a tu mente?

Cuidas tu mente, evitando aquellas cosas que sabes le hacen daño?

Que prejuicios te impiden servir a Dios?

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