PREDICA DOMINICAL - HAS DEJADO TU PRIMER AMOR

PREDICA DOMINCAL
Por: Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe

HAS DEJADO TU PRIMER AMOR

PASAJE:

Apocalipsis 2:4  Pero tengo contra ti,  que has dejado tu primer amor.

INTRODUCCION

Luego de años de vivir en el evangelio, has de encontrarte con este cuestionamiento que surge de tu interior para hacerte reconocer la verdad, has perdido tu primer amor?, todos empezamos con gran amor, ánimo y aliento cuando comenzamos a vivir en el Señor, más cuando los años pasan, cuando las promesas demoran en cumplirse y cuando el sufrimiento inevitable para el crecimiento del cristiano hacen mella en nuestro caminar, podemos encontrarnos lejos de ese primer amor, que más que un sentimiento, es un profundo sentido de entrega y pasión por el Señor y Su obra.

Para reconocer que lo hemos perdido solo debemos volver a recordar, el gozo, la pasión y el amor que surgió en nuestro corazón cuando empezamos a conocer verdaderamente al Señor, cuando tuvimos ese primer encuentro con El, nada podía ser mejor, nada parecía igualársele, nuestra vida cambio, nuestra búsqueda ceso, por fin nuestro ser encontró lo que tanto buscaba, entonces la lectura de la palabra y avidez por el conocimiento de Dios surgían en abundancia.

Pero con el paso de los días, meses, y años, todos hemos pasado por periodos de sequía espiritual, de enfriamiento en nuestra relación con Dios, algunos dejan de percibir este inmenso amor, unos porque cayeron en pecado, otros frustrados por sus propios intereses, otros engañados por falsas doctrinas, pero sin lugar a dudas lejos de volver a sentir y a percibir este primer amor con el cual el Señor nos enamoró y abrazo desde el comienzo.

DESARROLLO

El versículo que tomamos hoy para compartir, proviene del apocalipsis, que significa lo dado a conocer, o quitando el velo, o lo revelado y pertenece al mensaje entregado al ángel de la iglesia de Éfeso, o de los efesios, la cual al parecer luego de ser diligente en su trabajo y esfuerzo, después de haber reconocido a falsos apóstoles, cae en la desobligación, el cansancio, la fatiga y en la monotonía de una relación fría con el Señor.

Mas el Espíritu le exhorta a volver a ese primer amor, para que con obediencia y diligencia ponga por obra todo lo que Dios ha dispuesto, de manera que Dios dispone de las situaciones y circunstancias adversas para volver a ese primer amor.

No es fácil mantener el fuego de este amor encendido, quien está casado y lleva una relación de años, sabrá entender que una relación que no se cultiva a través de la comunión y una buena comunicación hace muy difícil sostener, más aun con el Señor, si no hay una comunión constante y frecuente, y una comunicación a través de la oración, la relación se enfría y se vuelve triste, monótona, y hasta aburridora, lo cual puede terminar en un rompimiento, pero para el espiritual, esta palabra dada a la iglesia es un recordatorio para volver a encender la llama de este amor, que fue encendido por el Espíritu Santo en nuestros corazones y que arde por servir a la verdad en lo más hondo de nuestro ser.

CONCLUSION

No basta con ir a la iglesia, con que otros oren por nosotros, con solo oír un mensaje semanal, no podemos ni debemos vivir de una espiritualidad prestada, debemos comprometernos con nuestro amado en una relación profunda que hay que mantener fortalecida, llena de confianza por medio de una comunión permanente y de una comunicación eficaz.

Si sientes en tu corazón que has perdido ese primer amor, esta es una exhortación clara para que vulvas al Padre, para que vuelvas al camino de la verdad, para que reconozcas tu frialdad y salgas de allí para que con obediencia puedas servir al propósito divino, Dios siempre está disponible para recibirnos.

Oremos, Señor, reconocemos que hemos permitido que nuestro amor se haya enfriado, pero por el fuego de tu Espíritu aviva ese amor en nosotros, para que arda en nuestro corazón el anhelo de estar siempre junto a ti, de buscarte, de tener un encuentro frecuente contigo, que todo lo dirijamos hacia ti y que nuestras vidas sean muestra y testimonio de ese grandioso y maravilloso amor, por el cual entregaste tu vida por nosotros, ayúdanos a mantenernos firmes en ti, para dar gloria a tu precioso nombre, amen.