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domingo, 17 de noviembre de 2013

PREDICA DOMINICAL - QUE TE HACE FALTA



QUE TE HACE FALTA

PASAJE:

Salmo 23:1 El Señor es mi pastor y nada me falta (NVI)

INTRODUCCION

La humanidad entera se ha confrontado alguna vez con la falta de algo, vives en pos de conseguir algunas cosas como una familia que te de un soporte, una iglesia que te brinde seguridad, una religión que sustente tu verdad, una comunidad que te brinde lo que quieres, una esposa(o), que te brinde su amor, puedes caer en cualquiera de estas situaciones creyendo que lo que te hace falta se encuentra en alguna de estas cosas.

Pero esta pregunta es más profunda, sin la meditas con paciencia y perseverancia, y no tan solo dices, ha no me importa, solo creo lo que dice la escritura, mas no te tomas tu tiempo para comprender la verdad que se esconde tras lo que te hace falta.

De seguro si te haces esta pregunta, encontraras que hay muchas cosas que te hacen falta, si eres niño lo que te hace falta, puede ser el cariño de tus padres y el sustento de tus necesidades, cuando eres adolescente, entonces te hace falta tener una identidad, cuando eres adulto te hacen falta cosas materiales, y cuando eres viejo, entonces te hacen falta años, para disfrutar lo que has conseguido.

DESARROLLO

Sin lugar a dudas el hombre parece incompleto desde este punto de vista y el versículo que estudiamos y ponemos a discreción, nos lleva a saberlo, nos hace falta algo, pero ese algo es más que una pareja, que bajar de peso, que un vestido para estrenar, que un título por alcanzar, y muchas otras cosas más, te lleva a saber que hay algo que esta vida no te puede suplir, que esta vida no te puede dar y te hace falta, lo extrañas.

Mas solo extrañas algo que has perdido, y eso lo podemos decir todos aquellos que hemos perdido algo, una pareja, un negocio, la salud, un hijo, una amistad entre otras, pero que hemos perdido, que nos hace falta, porque no estamos conscientes de lo que realmente necesitamos y tratamos de desgastarnos en cosas que no nos llenan por completo.

Pues la respuesta se encuentra allí mismo, en tu interior, más cuando todo pierde sentido, cuando vives una frustración tras otra, cuando las cosas no salen como tu querías y Dios interviene en la ecuación, empiezas a comprender que fue lo que perdiste, era algo que estaba contigo, pero que el estar en este mundo te ha hecho olvidar, la presencia del Padre.

Y es allí donde Jesús como un pastor que guía a sus ovejas, nos muestra el camino, la verdad y la vida, en donde podemos decir algo con total certeza, algo nos hacía falta, lo habíamos perdido a Él y no nos habíamos dado cuenta, sumergidos en el pecado, en la vanidad, en la autoconfianza, y cuando reconocemos que lo habíamos perdido, entonces le encontramos o más bien El no encuentra a nosotros, y entonces lo que antes faltaba ahora, ya no falta, se ha completado, lo que antes buscábamos en el mundo y que no satisfacía nuestro ser por completo, ahora de repente sin esperarlo, en El, se ha consumado.

Este salmo precioso ha sido estudiado, leído por muchas generaciones de creyentes que han esperado su plenitud cuando llegue la muerte, pero ver el texto original nos permite comprender que no es nada me faltara sino, que ahora y aquí mismo, nada me falta, puedo no tener dinero, pero nada me falta, puede que mi salud no este plena, pero estoy completo en El, puede que las cosas no salgan como la he planeado, que tu vida parezca un caos, pero lo que sucede es que no has comprendido que en El, estas completo y nada te falta.

 

CONCLUSION

Solo un arrepentimiento genuino, puede llevarte a reconocer lo que te hace falta, y el encontrarte de nuevo en Su presencia puede completar enteramente tu ser, no es algo que tu hagas, más bien lo único que debes hacer es confiar, dejar de lado tus prejuicios y abrir tu corazón, dejándolo disponible para que El haga lo que mejor sabe hacer.

Reconocer esta verdad, hallarte completo, sin faltantes, es lo que te conducirá por una vida de fe, para que viviendo por fe y no por vista, puedas sentirte completo, aun cuando estas solo, cuando has perdido un ser querido, cuando la enfermedad llega a tu vida, cuando las cosas no parecen ir bien, entonces solo debes reconocer que estas pleno, completo, consumado, que no son tus títulos los que te hacen un gran ser humano, es la revelación de tu plenitud en El, la que te permitirá sentirte lleno.

Oremos, Señor que esta revelación que ahora comprendemos, penetre todo nuestro ser, nuestro pensamiento y emoción, para que aun en las horas más oscuras, aunque andemos en valle de muerte nuestro ser pueda reconocer esta verdad, y encontrarnos completos en ti, que los que no entienden, puedan entender, que su verdadera necesidad se encuentra en ti, que la verdad se revele a nuestros corazones con tal intensidad que cale sobre nuestras intenciones, decisiones, y acciones, para gloria de tu nombre, amen.

 

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