ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo A. Sastoque M.
1Co 7:1 Paso ahora a los asuntos que me plantearon
por escrito: "Es mejor no tener
relaciones sexuales."
La iglesia siempre
tiene inquietudes las cuales deben ser contestadas basados en la escritura, no
en nuestros prejuicios o lo que creemos acerca de ese asunto, eso evitara que
nos equivoquemos y guiemos a los demás basados en nosotros mismos, así
evitaremos que pongan toda su confianza
en nosotros, y la pongan en la escritura para guía y para alcanzar madurez
espiritual. Pablo empieza tratando el tema sobre las relaciones sexuales, que a
muchos inquieta, y así mismo ocurría con la iglesia de corintios.
1Co 7:2 Pero en vista de tanta inmoralidad, cada hombre debe tener su propia esposa, y cada mujer su propio esposo. La inmoralidad sexual cada día penetra más a la iglesia, a
través de la televisión, del internet y las compañías con las que compartimos,
de allí que Pablo recomiende que cada hombre y mujer tenga su propia esposa u
esposo para evitar caer en tentación, pues es más fácil que alguien que este
solo caiga presa de su naturaleza carnal. El matrimonio es una institución
establecida por la escritura a la que Pablo anima a los creyentes, pues sabe
que será de bendición para ellos y les evitara de paso ser víctimas de la
inmoralidad a la que se está expuesto fuera del matrimonio.
1Co 7:3 El hombre debe cumplir su deber conyugal con
su esposa, e igualmente la mujer con su
esposo.
De igual manera así como el matrimonio está
establecido por la palabra de Dios, las relaciones sexuales también han sido
dispuestas para disfrute dentro del mismo, por eso aunque las relaciones no
deben darse como una orden, ellas están disponibles para librar al ser de la
contaminación de la inmoralidad, pues evita la tentación a la que se puede
estar exponiendo por no tener relaciones con la esposa o el esposo, por eso no
debe ninguno de los dos negarse a cumplir con la necesidad sexual sana de su
cónyuge, evitando la extralimitación en los derechos del hombre sobre la mujer
y de la mujer al hombre, sin abusos, sin fetiches, o actos sexuales impropios.
1Co 7:4 La mujer ya no tiene derecho sobre su propio
cuerpo, sino su esposo. Tampoco el hombre tiene derecho sobre su
propio cuerpo, sino su esposa.
Los derechos sobre el cuerpo de cada uno ya no son
dispuestos por el hombre o la mujer sino que ambos deben entender que son un
mismo cuerpo y que son complementarios
que se necesitan el uno al otro y que las relaciones fruto de esa unión
bendicen la pareja, eso no torna las relaciones sexuales una obligación, sino
un mutuo acuerdo de amor y bendición.
1Co 7:5 No se nieguen el uno al otro, a no ser de común acuerdo, y sólo por un tiempo, para dedicarse a la oración. No tarden en volver a unirse nuevamente; de lo contrario, pueden caer en tentación de Satanás, por falta de dominio propio.
Para que no se nieguen a tener relaciones sexuales sino
solo en acuerdo mutuo o por tiempos de ayuno y oración en los cuales es de
beneficio para el espíritu alejarse de la sexualidad, pero no deben tardar en
volverse a unir en las relaciones para que su vínculo marital no pierda
fortaleza y no pueda ser tentado al adulterio.
1Co 7:6 Ahora bien,
esto lo digo como una concesión y no como una orden.
Pablo hace referencia que esto no lo menciona como una
orden, sino que debe ser debatido en pareja para llegar a un mutuo acuerdo en
lo que concierne a las relaciones para que el matrimonio se fortalezca y evite
caer en la tentación con la que el enemigo constantemente intenta golpear el
matrimonio en la sociedad actual.
1Co 7:7 En realidad,
preferiría que todos fueran como yo.
No obstante, cada uno tiene de
Dios su propio don: éste posee uno; aquél,
otro.
Pablo claramente vive y prodiga el
celibato como una opción ante Dios, pero que viene como don suyo y elección del
hombre, no como una obligación impuesta por la iglesia,
1Co 7:8 A los solteros y a las viudas les digo que
sería mejor que se quedaran como yo.
Para algunos
solteros y viudas Pablo les menciona que fuese mejor que se quedasen en esa
condición en vez de preocuparse por formar un hogar, pues Dios ha dispuesto para
ellos el don de celibato y tendrían así una vida más tranquila, además de
evitarse decisiones apresuradas que podrían complicar su relación con Dios.
1Co 7:9 Pero si no pueden dominarse, que se casen,
porque es preferible casarse que quemarse de pasión.
Pero así mismo les reconviene que si reconocen no tener
el don de celibato, entonces es preferible que busquen una pareja con al cual
puedan convivir y llevar una relación en Cristo, para evitar que sus pasiones
les consuman, les hagan caer y perder la bendición de Dios.
1Co 7:10 A los casados les doy la siguiente orden (no yo sino el Señor): que la mujer no se separe de su esposo.
Parece que los corintios así como la sociedad actual
también veía la separación como algo común, de allí que Pablo tenga que
amonestarles a que no se separen de sus parejas, pues muchos sin entender
claramente el propósito del matrimonio ven en la separación una clara salida a
su frustración y falta de compromiso, otros ven en la separación un escape a la
realidad, en vez de buscar ayuda y permitir que Dios obre en sus corazones por
medio de la verdad y les permita crecer y mantenerse como familia. Muchos por
deseos egoístas, por inconformidad, porque no les hacen felices buscan como una
opción la separación sin darse cuenta de que es en ellos y en su relación con
Dios que serán y pueden ser verdaderamente completos y felices solos o en
pareja, pero sin Dios es imposible mantener una relación, pues siempre el ego
prevalecerá y convencerá con argumentos y emociones a la razón.
1Co 7:11 Sin embargo,
si se separa, que no se vuelva a
casar; de lo contrario, que se reconcilie con su esposo. Así mismo,
que el hombre no se divorcie de su esposa.
Para
los que ya se han separado, Pablo les pide que no se vuelvan a casar pues
cometerán de seguro las mismas equivocaciones si lo hacen apresuradamente,
además deben entender que el matrimonio es un vínculo que debe cuidarse y
mantenerse por toda la vida, así que la primera opción luego de una separación
es la reconciliación de la pareja, no el buscar otra.
1Co 7:12 A los demás les digo yo (no es mandamiento del Señor): Si algún hermano tiene una esposa que no es
creyente, y ella consiente en vivir con
él, que no se divorcie de ella.
Pablo da algunas indicaciones que son importantes para
aquellos creyentes que conviven con parejas no creyentes, pues menciona que no
se debe divorciar siempre y cuando su pareja consienta vivir con él y no ponga
en problemas o conflictos al esposo o esposa para seguir el evangelio.
1Co 7:13 Y si una mujer tiene un esposo que no es
creyente, y él consiente en vivir con
ella, que no se divorcie de él.
De igual manera como con el hombre, la mujer puede hacer lo
mismo siempre y cuando su pareja lo consienta, recuerden que no está en el
creyente en consentir la unión, está en su pareja quien debe comprender nuestro
comportamiento y creencias, para que ellos no intervengan o le aparten de la
fe.
1Co 7:14 Porque el esposo no creyente ha sido
santificado por la unión con su esposa,
y la esposa no creyente ha sido santificada por la unión con su esposo
creyente. Si así no fuera, sus hijos serían impuros, mientras que,
de hecho, son santos.
La unidad afecta a la pareja de tal modo que aunque la
pareja no sea santificada por la obra del Espíritu Santo en su vida espiritual,
esta se santifica en la unión marital y de igual manera también se extiende a
los hijos sobre los cuales la santidad se extiende.
1Co 7:15 Sin embargo,
si el cónyuge no creyente decide separarse, no se lo impidan. En tales circunstancias, el cónyuge creyente queda sin
obligación; Dios nos ha llamado a vivir
en paz.
Otro motivo además del adulterio en la
pareja para separarse es que uno de los cónyuges sea no creyente, pues de
seguro complicara a su pareja porque no comprenderá, le generara conflictos y
aun le puede apartar de su fe, en este tipo de circunstancias cuando el cónyuge
no creyente imposibilita o no está de acuerdo con la fe de su pareja, no
debemos impedir su separación siempre y cuando la decisión sea del cónyuge no
creyente, pues el creyente ya no tiene obligación ante Dios por el cuidado y
permanencia en la relación y la decisión no ha sido suya. Dios no nos ha
llamado a vivir en un estado de constante conflicto y más en algo como la unión
marital en donde la unidad pasa a ser algo vital e importante. Lo ideal sería
que nos uniésemos en matrimonio con verdaderos creyentes para evitar conflictos
por la fe, eso no quiere decir que no podamos como creyentes unirnos en
matrimonio con alguien que no es creyente, solo siempre y cuando la otra
persona permita que su pareja viva su fe sin problemas.
1Co 7:16 ¿Cómo sabes tú, mujer,
si acaso salvarás a tu esposo? ¿O
cómo sabes tú, hombre, si acaso salvarás a tu esposa?
Aunque el unirse en matrimonio con alguien no creyente no
es algo prohibido, ninguno a la verdad sabe si su pareja alcanzara la salvación
o si por medio suyo podrá ser alcanzado, aunque pudiera ser que seamos el instrumento
escogido para traerles a la salvación.
1Co 7:17 En cualquier caso, cada uno debe vivir conforme a la condición
que el Señor le asignó y a la cual Dios lo ha llamado. Ésta es la norma que establezco en todas las
iglesias.
Sea el caso que sea, vivamos según la
condición que el Señor ha permitido en nuestras vidas para que podamos vivir en
obediencia y dando gloria a su nombre quien nos ha llamado a salvación.
1Co 7:18 ¿Fue llamado alguno estando ya
circuncidado? Que no disimule su
condición. ¿Fue llamado alguno sin estar
circuncidado? Que no se circuncide.
Aquí nos explica que no importa la condición o
antecedentes que podamos haber vivido, experimentado o compartido, pues es Dios
quien nos ha llamado de esa condición para ser alcanzado por su gracia.
1Co 7:19 Para nada cuenta estar o no estar
circuncidado; lo que importa es cumplir
los mandatos de Dios.
De nada sirve o complica la
vida espiritual cualquier cosa que hayamos podido vivir o experimentar en el
pasado, lo que importa luego de ser alcanzado por la gracia es mantenernos en
unidad con Dios y que a través de ella podamos cumplir con sus mandamientos,
los cuales ya no son una obligación sino un compromiso de amor.
1Co 7:20 Que cada uno permanezca en la condición en
que estaba cuando Dios lo llamó.
Si fuiste llamado
estando casado, entonces permanece casado, si fuiste llamado luego de haberte
tatuado o circuncidado, que son cosas que no puedes cambiar pues continua
afirmándote en la fe que profesas.
1Co 7:21 ¿Eras esclavo cuando fuiste llamado? No te preocupes, aunque si tienes la oportunidad de conseguir
tu libertad, aprovéchala.
Si la condición laborar en la que fuiste llamado es algo
contrario a los preceptos de Dios pues permite que Dios te guie a comprender
porque no deberías estar allí.
1Co 7:22 Porque el que era esclavo cuando el Señor lo
llamó es un liberto del Señor; del mismo
modo, el que era libre cuando fue
llamado es un esclavo de Cristo.
La libertad es una
condición de la mente, si alguien es esclavo lo es de sus propios deseos y
limitantes, pero cuando recibimos salvación somos verdaderamente libres pues
comprendemos que hemos sido liberados del yugo del pecado sobre nuestras vidas
y que ahora somos esclavos por amor al servicio de nuestro señor que es Cristo,
lo cual ya no hacemos por obligación sino voluntariamente.
1Co 7:23 Ustedes fueron comprados por un precio; no se vuelvan esclavos de nadie.
La redención del pecado solo fue posible por el pago de
un precio, y siendo Dios dueño y Señor de todo, no pretendió pagarlo con las
riquezas de este mundo, sino con su propia vida a precio de sangre.
1Co 7:24 Hermanos,
cada uno permanezca ante Dios en la condición en que estaba cuando Dios
lo llamó.
Esta condición es el estado civil o
laboral en el que conoció la verdad, pero que este este estado no se vuelva en
su contra para distracción o perdición.
1Co 7:25 En cuanto a las personas solteras, no tengo
ningún mandato del Señor, pero doy mi
opinión como quien por la misericordia del Señor es digno de confianza.
Los solteros aquellos que no tienen pareja son
aconsejados por Pablo para bendición de sus vidas, pues aunque no ha recibido
una orden expresa del Señor, todo lo expone en el conocimiento y sabiduría de
Dios.
1Co 7:26 Pienso que,
a causa de la crisis actual, es
bueno que cada persona se quede como está.
Este era
un consejo para el tiempo que vivían, un tiempo de persecución incesante de la
iglesia, así que mantenerse soltero era algo que podría ayudarles en la
presente etapa que vivían, ya que era más fácil vivir como solteros que como
casados, pues además de la responsabilidad de sí mismos, tendrían la
responsabilidad de sus familias.
1Co 7:27 ¿Estás casado? No procures divorciarte. ¿Estás soltero? No busques esposa.
Nadie
debía procurar un cambio de estado, pues así debían mantenerse, el casado
cuidando de las cosas del Señor y de su familia, mientras que el soltero
cuidando tan solo de las cosas del Señor.
1Co 7:28 Pero si te casas, no pecas;
y si una joven se casa, tampoco
comete pecado. Sin embargo, los que se casan tendrán que pasar por muchos
aprietos, y yo quiero evitárselos.
Sin embargo si
a pesar del consejo de Pablo decidían casarse, no comete pecado, solo que el
consejo de Pablo quería evitarles más inconvenientes de los que ya vivían, pues
sabia la responsabilidad que conlleva el casado con su familia.
1Co 7:29 Lo que quiero decir, hermanos,
es que nos queda poco tiempo. De
aquí en adelante los que tienen esposa deben vivir como si no la tuvieran;
Considerando que cada creyente debe vivir como peregrino
en este mundo, pues no sabemos ni el día ni la hora en que el Señor ha de
volver, vivamos como quien no posee nada, el que tiene esposa no la consideren
su posesión, pues sufrirán por ello pues en este mundo nada perdura para
siempre.
1Co 7:30 los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran algo, como si no lo poseyeran;
los que sus tristezas y alegrías demuestran algún apego
por lo que se administra en este mundo, aprendan que no poseen nada, que son
libres de todo apego emocional o material.
1Co 7:31 los que disfrutan de las cosas de este
mundo, como si no disfrutaran de
ellas; porque este mundo, en su forma actual, está por desaparecer.
Los que aún no comprenden que las cosas de este mundo pasaran, deben
entender que no es que o podamos disfrutar de ellas, sino que en ese disfrute
no se comprometa ningún apego.
1Co 7:32 Yo preferiría que estuvieran libres de
preocupaciones. El soltero se preocupa
de las cosas del Señor y de cómo agradarlo.
La vida
espiritual se puede llevar mejor cuando vivimos lejos de las preocupaciones y
los afanes, no de los problemas porque ellos nos permiten crecer y
fortalecernos en la fe, pero la preocupación por el mantenimiento del hogar y
el cuidado de la familia son cosas que hacen parte de un hogar.
1Co 7:33 Pero el casado se preocupa de las cosas de
este mundo y de cómo agradar a su esposa;
El hombre
que decide casarse tiene que ser consciente de que su primera responsabilidad
ante el Señor es su familia, no la obra, él puede participar y aportar a la
obra en la medida en que cuida y se preocupa por su hogar.
1Co 7:34 sus intereses están divididos. La mujer no casada, lo mismo que la joven soltera, se preocupa de las cosas del Señor; se afana por
consagrarse al Señor tanto en cuerpo como en espíritu. Pero la casada se preocupa de las cosas de
este mundo y de cómo agradar a su esposo.
De igual
manera la mujer que decide consagrarse al Señor lo hace en cuerpo y espíritu,
mientras que la que se casa tiene que preocuparse por las cosas de este mundo
que son inherentes al cuidado de su familia y de su esposo, como el trabajo.
1Co 7:35 Les digo esto por su propio bien, no para ponerles restricciones sino para que
vivan con decoro y plenamente dedicados al Señor.
Pablo menciona todas estas cosas porque
entiende la importancia de consagrarse al Señor con honestidad y decencia, así mismo
como debe consagrar su vida cuando decide convivir en matrimonio.
1Co 7:36 Si alguno piensa que no está tratando a su
prometida como es debido, y ella ha
llegado ya a su madurez, por lo cual él
se siente obligado a casarse, que lo
haga. Con eso no peca; que se casen.
Para
descifrar el sentido de este versículo debemos ir a la versión reina Valera en
donde se hace referencia al voto que un padre hacía de consagrar a su hija para
guardarse para el Señor, pero si esta decidía casarse en la adultez, su padre
podría romper el voto y permitirle que se casara, de allí que su voto no le
hace pecar.
1Co 7:37 Pero el que se mantiene firme en su
propósito, y no está dominado por sus
impulsos sino que domina su propia voluntad,
y ha resuelto no casarse con su prometida, también hace bien.
Pero
Pablo les recomienda que se mantengan firmes en su propósito sea cual sea en el
Señor, y no permitan ser dominados por los impulsos argumentativos o
emocionales que dominan la voluntad de los que así lo permiten.
1Co 7:38 De modo que el que se casa con su prometida
hace bien, pero el que no se casa hace
mejor.
De nuevo este pasaje esta mejor traducido
según la versión reina Valera en donde no da lugar a confusión, y expresa que
el que da en casamiento a su hija a pesar de haber hecho voto al Señor, que se
case, y si decide no darla en casamiento puede que haga mejor al consagrarla al
Señor, eran épocas diferentes, pero habla hoy a nuestro corazón en el hecho de
que lo que decidamos estará bien siempre y cuando se honre y de gloria a Dios.
1Co 7:39 La mujer está ligada a su esposo mientras él
vive; pero si el esposo muere, ella queda libre para casarse con quien
quiera, con tal de que sea en el Señor.
El vínculo del matrimonio es indisoluble y permanece
hasta la muerte, pero si su cónyuge muere, o pasa por algunas de las opciones
mencionadas por el apóstol y por Jesús para separarse, entonces quedara libre
para contraer matrimonio pero entendiendo y comprendiendo claramente que es
bajo la guía de Dios y con un creyente, pues el yugo o vínculo ha sido desecho.
1Co 7:40 En mi opinión, ella será más feliz si no se casa, y creo que yo también tengo el Espíritu de
Dios.
Según la opinión de Pablo sería mejor no
contraer un yugo que dura toda la vida pues limitara su entrega ya que deberá
preocuparse por su hogar mientras que aquellos que están solos y tienen el don
de celibato (mantenerse sin relaciones sexuales), podrán entonces servir solo a
Dios, como Pablo lo hacía y lo hacía porque tenía la certeza en su corazón de
que el Espíritu Santo le guiaba.