ESTUDIO BÍBLICO ROMANOS 14

ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo A. Sastoque M.

Rom 14:1  Reciban al que es débil en la fe,  pero no para entrar en discusiones. 
Debemos recibir, guiar y dar alimento espiritual a aquellos cuya fe necesita ser fortalecida, formada, establecida y puesta a prueba, por encima del conocimiento y la experiencia personal de estos lo cual conducirá a discusiones si con madurez no se enseña la sana doctrina. “Dos ejemplos de tales escrúpulos aquí se especifican, tocante a las comidas y días judaicos: “Los fuertes,” se notará, eran los que sabían que estas cosas estaban abolidas bajo el evangelio; “los débiles” eran los que tenían escrúpulos y prejuicios al respecto”.

Rom 14:2  A algunos su fe les permite comer de todo,  pero hay quienes son débiles en la fe,  y sólo comen verduras. Quienes han sido formados, fortalecidos y establecidos en la fe, esta les permite comprender que pueden comer de todo pues lo hacen para la gloria de Dios y lo hacen con gratitud en su corazón, pero hay quienes al no haber recibido la suficiente y necesaria instrucción en la verdad se limitaban a consumir legumbres y vegetales por temor a consumir lo que hubiese podido haber sido sacrificado a los ídolos.

Rom 14:3  El que come de todo no debe menospreciar al que no come ciertas cosas,  y el que no come de todo no debe condenar al que lo hace,  pues Dios lo ha aceptado. 
Quien ha sido instruido y ha recibido la revelación con relación a lo que acontece con respecto a comer de lo consagrado a los ídolos, no debe por ningún motivo menospreciar o tener en poco a quien no lo come, pues en su menosprecio se halla condenación y juicio y no es menester nuestro el ejercerlo, pues tanto el que se abstiene, como el que come y da gracias a Dios han sido aceptados  por Dios pues su corazón busca en la obediencia su gozo.

Rom 14:4  ¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro?  Que se mantenga en pie,  o que caiga,  es asunto de su propio señor.  Y se mantendrá en pie,  porque el Señor tiene poder para sostenerlo. 
Porque nos creemos con la autoridad suficiente para juzgar a los siervos de Dios, si unos han sido llamados para abstenerse de todo y otros para probarlo todo con anhelo y obediencia en su corazón.  El que se afirme, sea constante, o se mantenga y persevere, es asunto y potestad de su Señor. Y si pertenece al Señor, Él le dará la capacidad que proviene de su potestad para sostenerse, no por fuerza o esfuerzo suyo, sino por el poder que tiene el que lo envió.

Rom 14:5  Hay quien considera que un día tiene más importancia que otro,  pero hay quien considera iguales todos los días.  Cada uno debe estar firme en sus propias opiniones. 
Cada uno ha recibido una instrucción diferente dentro de la iglesia, unos para guardar algunos días como importantes, otros para saber que el guardarlos no cambia, ni altera su consagración y devoción para con Dios, por eso cada quien, decida lo que decida creer según la sana doctrina que haya recibido que lo haga con firmeza y devoción primero para escudriñar la verdad, para que no lo haga con ignorancia sino con convencimiento pleno de lo que la escritura enseña para estar enteramente persuadido a la verdad.

Rom 14:6  El que le da importancia especial a cierto día,  lo hace para el Señor.  El que come de todo,  come para el Señor,  y lo demuestra dándole gracias a Dios;  y el que no come,  para el Señor se abstiene,  y también da gracias a Dios. 
Este versículo es muy importante para entender que el guardar un día, como el sábado o el domingo para la tradición judía y cristiana no es vana para quien la practica, pues quien lo hace lo hace para el Señor, así mismo ocurre con la comida y la abstinencia de cualquier cosa como dinero, comida u otra alusión similar, pues quien lo hace y quien no lo hace lo hacen para el mismo Señor a quien deben glorificar y dar gracias en todo.

Rom 14:7  Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo,  ni tampoco muere para sí. 
Pues la vida que nos ha sido entregada no nos pertenece, y quien vive para sí mismo no vive para su Señor, sino que quien ha recibido la gracia y el don de la vida vive y muere para manifestar su gloria y poder. La vida de la que se habla aquí es la vida del espíritu la cual se manifiesta para gloria y poder de quien pertenece.

Rom 14:8  Si vivimos,  para el Señor vivimos;  y si morimos,  para el Señor morimos.  Así pues,  sea que vivamos o que muramos,  del Señor somos. 
Si vivimos y manifestamos una vida espiritual, entonces para el Señor vivimos y morimos, aquí se manifiesta la total y perfecta voluntad de Dios para nuestras vidas así como su poder sobre ellas.

Rom 14:9  Para esto mismo murió Cristo,  y volvió a vivir,  para ser Señor tanto de los que han muerto como de los que aún viven. 
Para esto Cristo se sacrifico y resucito para convertirse en Señor de lo que han sido llamados y predestinados para alcanzar la salvación sea que hallan muerto o estén vivos aun.

Rom 14:10  Tú,  entonces,  ¿por qué juzgas a tu hermano?  O tú,  ¿por qué lo menosprecias?  ¡Todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Dios!  
Porque ustedes creyentes que se sienten fuertes o los que parecen débiles permiten que el juicio, la condenación sea percibida en sus pensamientos, en sus palabras o en sus acciones?, no tendremos todos, (hablando a los creyentes) que comparecer ante e tribunal de Dios?, que tremendo llamado de atención para nosotros los creyentes para que evitemos juzgar a los hermanos que teniendo para sí, ciertos conceptos de la escritura como norma, el juicio y la condenación nos lleven a menospreciarlos como siervos de Dios.

Rom 14:11  Está escrito:  "Tan cierto como que yo vivo --dice el Señor--,  ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios." 
Isaías 45:23, El Señor nos recuerda lo que ocurrirá el día en que comparezcamos ante su tribunal, que todo hombre y toda lengua confesara que Jesús es el Señor y que Dios es real.

Rom 14:12  Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios. 
Por eso comportémonos como hombre sujetos a juicio que darán cuenta y razón de cada acción, palabra y pensamiento por mas ocioso que este sea.

Rom 14:13  Por tanto,  dejemos de juzgarnos unos a otros.  Más bien,  propónganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano. 
Teniendo en cuenta esta advertencia y admonición dejemos de juzgarnos, dejemos los prejuicios, el menosprecio para con los hermanos para que en el día que comparezcamos ante Dios su juicio sea contundente a la verdad de nuestro proceder. Porque la iglesia se diluye y se entremete en conflictos que podrían ser fácilmente subsanados si tuviésemos en cuenta esta simple verdad.

Rom 14:14  Yo,  de mi parte,  estoy plenamente convencido en el Señor Jesús de que no hay nada impuro en sí mismo.  Si algo es impuro,  lo es solamente para quien así lo considera. 
Pablo habla por conocimiento de la escritura en su pleno convencimiento de la verdad que nada hay impuro, inmundo o profano con respecto a la comida, sino solo para quien así lo considera o entiende.

Rom 14:15  Ahora bien,  si tu hermano se angustia por causa de lo que comes,  ya no te comportas con amor.  No destruyas,  por causa de la comida,  al hermano por quien Cristo murió. 
Ahora Pablo apela al amor para perfeccionar su conducta y forma de pensar, pues si tu conducta pone en angustia, tristeza, o aflicción a quien te ve hacerlo, allí el amor no está presente y tu conducta es egoísta. Más bien no permitas que algo sin mayor importancia o condescendencia genere tales sentimientos o pensamientos que le puedan confundir y apartar de la verdad.

Rom 14:16  En una palabra,  no den lugar a que se hable mal del bien que ustedes practican, 
Sino que más bien eviten generar tales conflictos o aflicciones en quienes no entienden o comprenden la verdad, para que obviando esto se evite que se hable mal, se vitupere, o se calumnie el bien que han hecho ustedes entre los hermanos y se preste para incidentes o altercados tus acciones para con ellos.

Rom 14:17  porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas sino de justicia,  paz y alegría en el Espíritu Santo. 
Pablo revela aquí la verdad del Reino el cual no consiste en abstenerse o no abstenerse de comidas y bebidas, sino que consiste en llevar la justicia de Dios por medio de la justificación en Cristo a través del mensaje de salvación; en traer paz y reconciliación a los hombres con Dios en Cristo; y alegría, gozo y deleite en cumplir con la voluntad de Dios por el Espíritu Santo que habita en nosotros.

Rom 14:18  El que de esta manera sirve a Cristo,  agrada a Dios y es aprobado por sus semejantes. 
El que vive, sirve y se entrega voluntariamente a Dios de esta manera, sirve al propósito divino del Señor Jesús, agrada de sobremanera al Padre y recibe la aprobación, y aceptación de sus semejantes.

Rom 14:19  Por lo tanto,  esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación. 
Pongamos todas nuestras fuerzas, diligencia y empeño en promover y poner por obra todo aquello que dirija o conduzca a la paz de Dios con los hombres y la edificación de los creyentes, así podremos evitar el conflicto y lograremos edificar a los hermanos en la fe.

Rom 14:20  No destruyas la obra de Dios por causa de la comida.  Todo alimento es puro;  lo malo es hacer tropezar a otros por lo que uno come. 
No permitas que una simple discusión destruya lo que Dios ha edificado por causa de una costumbre o posición frente a la comida, la cual ya Dios de antemano ha permitido para que tú no la condenes. Todo absolutamente todo alimento es puro siempre y cuando se tenga una clara convicción de ello y se de gloria y gracias a Dios, lo que no está bien es que por ese entendimiento se haga tropezar a otros por lo que decidimos comer, sabiendo que esto podía traer conflicto a nuestro hermano.

Rom 14:21  Más vale no comer carne ni beber vino,  ni hacer nada que haga caer a tu hermano. 
Es mejor evitar comer lo sacrificado a los ídolos, y no beber vino, para que delante de tu hermano le evites algo que pudiera hacerle tropezar y caer.

Rom 14:22  Así que la convicción que tengas tú al respecto,  manténla como algo entre Dios y tú.  Dichoso aquel a quien su conciencia no lo acusa por lo que hace. 
Lo que hayas decidido en tu corazón con convicción hazlo y mantenlo como algo entre Dios y tú, pues al final tu conciencia dará cuentas al Señor.

Rom 14:23  Pero el que tiene dudas en cuanto a lo que come,  se condena;  porque no lo hace por convicción.  Y todo lo que no se hace por convicción es pecado. 
Pero si aún la duda persiste en tu corazón en cuento a lo que se debe y no se debe comer no hay convicción allí y lo que comes te condena, haya la convicción en la sana doctrina y evita todo aquello si hay duda en tu corazón por causa de tu consciencia, pues todo debe hacerse con la fe, convicción y fidelidad para con Dios, pues todo lo que no se hace por la fe es pecado y contamina nuestro ser. Con qué celo santo debe guardarse la pureza de la conciencia, por cuanto toda violación deliberada de ella es perdición. El apóstol está enunciando un gran principio eterno en la ética cristiana: que la violación voluntaria de la conciencia tiene en sí la semilla de la destrucción. Siempre que estemos en duda tocante a un punto de deber—donde la abstinencia es manifiestamente lícita, y el acceder a ello no es claramente permisible—se debe optar siempre por el camino seguro, porque el hacer lo contrario es en sí pecaminoso.