ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
Act 3:1 Un día subían Pedro y Juan al templo a las
tres de la tarde, que es la hora de la oración.
Como discípulos los apóstoles compartían juntos de
casi todas las actividades de la congregación, por eso se les nota
acompañándose en este pasaje. Ahora ya no vemos a unos discípulos temerosos
escondidos, sino que salen con total confianza paseándose por el templo. Es
notorio igualmente que se hace referencia a que asistían en el tiempo en el que
se realizaba el sacrificio en el templo y se ofrecía el incienso, el mismo que
siempre hace referencia a la oración. Se nos hace raro ver a dos nuevos
creyentes empoderados por el Espíritu Santo que aun parecen guardar las
tradiciones judías, lo cual no era tomado como religiosidad, sino como
participación del culto a Dios, pues aunque ellos sabían que a Dios se le podía
buscar en cualquier lugar, ir al templo siempre fue y aún debe ser considerado
algo bueno y noble.
Act 3:2 Junto a la puerta llamada Hermosa había un
hombre lisiado de nacimiento, al que
todos los días dejaban allí para que pidiera limosna a los que entraban en el
templo.
Aquí
encontramos a un hombre dejado como ya le era costumbre en la puerta de la
entrada al atrio del templo llamada Hermosa. Era común en aquellos tiempos que
se agolparan junto a la puerta exterior del templo muchos lisiados y enfermos a
pedir limosna a quienes iban al templo, costumbre que nos revela que hay muchos
que se han quedado estancados en sus problemas sin poder entrar al templo de
Dios, que ahora no es un edificio sino nuestro interior. Muchas veces lo que
vivimos, lo que nos ha pasado o la condición que tenemos nos impide tener
comunión con Dios y esto ha quedado en las escrituras como evidencia para
mostrárnoslo.
Act 3:3 Cuando éste vio que Pedro y Juan estaban por
entrar, les pidió limosna.
El
acto principal de este lisiado no era buscar su sanidad, sino buscar el
sustento diario. Por lo que al ver que se acercaban estos hombres les pide
limosna. Aquel hombre no sabía lo que habría de ocurrirle, pero su testimonio
nos muestra la gran misericordia de Dios, que aunque este varón no buscaba ir
al templo para buscar de Dios, sino para sacar su propio provecho, preciso
tenia que encontrarse con estos siervos del Altísimo. La limosna estaba dentro
de las actividades como cumplimiento de la ley, pero como pasa hoy en día,
muchos se aprovechan de su condición, o la de otros para sacar provecho de la
misericordia para su propio beneficio, no sabemos si este era el caso de este
hombre, pero su afán siguiente por pedir, nos muestra que sus ojos hace mucho
tiempo dejaron de buscar a Dios, para posarse en su desgracia y necesidad, tal
cual muchos lo hacen hoy en día.
Act 3:4 Pedro,
con Juan, mirándolo
fijamente, le dijo: --¡Míranos!
Act 3:5 El hombre fijó en ellos la mirada, esperando recibir algo.
Cuando
vivimos en el mundo no es fácil poner nuestros ojos en algo con fija intención,
pues vagamos sin rumbo siempre esperando recibir algo, consuelo, dinero, ayuda,
apoyo, el cual siempre buscamos en el lugar equivocado. Nuestra desatención
constante nos hace divagar en la vida sin un rumbo fijo, lo cual crea
frustración y dolor. Este hombre es llamado por los apóstoles para que fijara
sus ojos en ellos y abandonara toda distracción para recibir lo que ellos en
nombre de Jesús podían darle.
Act 3:6 --No tengo plata ni oro --declaró
Pedro--, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!
Pedro
con total sinceridad reconoce que no tiene plata u oro para darle como limosna,
pero el tiene algo que nadie mas puede otorgarle, sanidad. En frente de todos
los que allí estaban y contando con la atención completa de este varón lisiado,
en el nombre de Jesús le dice que se levante y ande. Recordemos que Dios nos
llama a dar de lo que se nos ha dado, pero si no conocemos aquello que se nos
ha encomendado y brindado por el poder del Espíritu Santo, no sabremos como
obrar ante la necesidad de aquellos con quien Dios nos cruza en el camino.
Muchos sentimos la necesidad de ayudar a los desvalidos, pero ni con todas
nuestras posesiones podríamos lograr seguramente algo significativo, de allí
que se nos llame a servir con lo que tenemos, lo que disponemos y lo que Dios
nos da, es entonces que Dios puede obrar a través de un corazón dispuesto para
servir.
Act 3:7 Y tomándolo por la mano derecha, lo levantó.
Al instante los pies y los tobillos del hombre cobraron fuerza.
Act 3:8
De un salto se puso en pie y comenzó a
caminar. Luego entró con ellos en el
templo con sus propios pies, saltando y
alabando a Dios.
Pedro
sin dar lugar a cualquier tipo de duda o cuestionamiento le toma y le levanta,
mientras le levanta el poder de Dios obra en sanidad sobre aquel desvalido
fortaleciendo su cuerpo hasta colocarse en pie y acto seguido comenzó a
caminar. Ahora sano en su cuerpo entra al tempo con jubilo y muestra de
alegría, alabando a Dios. Vemos obrando este milagro por la fe del apóstol y no
por medio de la fe del paralitico, mostrándonos una vez mas el poder de la fe.
La respuesta a un milagro como este no es otra que la alabanza para Dios,
reconociendo con alegría su poder y misericordia, recordándonos que basta con
acercarse a la puerta del templo para recibir la misericordia de Dios.
Act 3:9 Cuando todo el pueblo lo vio caminar y alabar
a Dios,
Act 3:10 lo reconocieron como el mismo hombre que
acostumbraba pedir limosna sentado junto a la puerta llamada Hermosa, y se llenaron de admiración y asombro por lo
que le había ocurrido.
Todos
se dieron cuenta de lo sucedido, muchos le reconocieron como el hombre lisiado
que llevaba toda su vida al lado de la puerta, ahora tanto espiritual como
físicamente tenia entrada al templo de Dios. Esto llenó de admiración y asombro
a los que observaban pues jamás habían visto algo como esto y menos después de
que Jesús había muerto.
Act 3:11 Mientras el hombre seguía aferrado a Pedro y
a Juan, toda la gente, que no salía de su asombro, corrió hacia ellos al lugar conocido como
Pórtico de Salomón.
Lo
sucedido había causado tal sorpresa en este hombre que continuaba aferrándose a
los apóstoles, como quien no quiere perder su bendición, mientras los apóstoles
se habían adentrado en el templo, vieron entonces como las personas que estaban
en el templo corrían y se agolpaban hacia ellos.
Act 3:12 Al ver esto,
Pedro les dijo: "Pueblo de
Israel, ¿por qué les sorprende lo que ha
pasado? ¿Por qué nos miran como si, por nuestro propio poder o virtud, hubiéramos hecho caminar a este hombre?
Pedro
viendo lo sucedido procura que la gente no enfoque sus ojos ni en ellos, ni en
el milagro, así que toma la palabra y les pregunta cuestionando su sorpresa
ante lo sucedido, como si ellos buscaran tal atención. Allí mismo reconoce que
no es por su propio poder o virtud que este hombre ha sido sanado, sino que
esto proviene de Dios. Cuanta humildad en estos maravillosos hombres que en vez
de auto exaltarse procuran glorificar a Dios. El énfasis del cristianismo jamás
han sido los milagros, sino la exaltación y glorificación de Dios. Este
alboroto a sorprendido a todos, quienes seguramente jamás habían visto que
alguien entrara al templo con tal jolgorio, sacándoles de su rutina religiosa
monótona y aburrida. También nos recuerda como el salmo 100:4 que debiéramos
entrar al templo de Dios con acciones de gracias, alabanza y bendiciendo su
nombre.
Act 3:13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha glorificado a su siervo Jesús. Ustedes lo entregaron y lo rechazaron ante
Pilato, aunque éste había decidido
soltarlo.
Pedro
usa la alusión a los patriarcas para llamar la atención sobre el Dios judío, el
Dios de sus antepasados, no cualquier otro dios, sino el Dios en el que ellos
decían creer, quien había glorificado y exaltado a Jesús, quien es nombrado
como su servidor. Pedro inmediatamente les acusa de entregar y rechazar a Jesús
ante Pilato, a pesar de que este procuraba soltarle, termino cumpliendo la
voluntad del pueblo.
Act 3:14 Rechazaron al Santo y Justo, y pidieron que se indultara a un asesino.
Quienes
estaban allí supuestamente procuraban buscar a Dios, pero Pedro les acusa de
rechazar y entregar al único Santo y Justo, mientras pidieron que se indultara
a alguien culpable. Allí se refleja el sentido de justicia del religioso que
procura siempre su bienestar antes que la verdad.
Act 3:15 Mataron al autor de la vida, pero Dios lo levantó de entre los
muertos, y de eso nosotros somos
testigos.
Pedro
les conduce a reconocer que son culpables de entregarle, rechazarle y darle
muerte, pero a pesar de sus acciones Dios le exalto levantándolo de entre los
muertos estando ellos como testigos oculares del evento. Este milagro condujo a
los apóstoles para aprovechar la oportunidad para dar a conocer el testimonio
del evangelio en la muerte y resurrección de Jesucristo. Pedro además usa un
adjetivo para Jesús a quien llama el autor de vida, permitiéndonos entender que
en Jesús habitaba el poder de Dios que le concedía la misma potestad junto con
Dios el Padre de la autoría de vida tanto material como espiritual.
Act 3:16 Por la fe en el nombre de Jesús, él ha restablecido a este hombre a quien
ustedes ven y conocen. Esta fe que viene
por medio de Jesús lo ha sanado por completo,
como les consta a ustedes.
Su
mensaje ahora se enfoca en la fe en Jesús, de quien proviene la sanidad que
este hombre ha recibido. Y nos revela que es por medio de la fe en Jesús que
podemos recibir sanidad.
Act 3:17 "Ahora bien, hermanos,
yo sé que ustedes y sus dirigentes actuaron así por ignorancia.
Act 3:18 Pero de este modo Dios cumplió lo que de
antemano había anunciado por medio de todos los profetas: que su Mesías tenía que padecer.
Pedro
entiende que la ignorancia a la verdad puede llevarnos a cometer los más
grandes errores de nuestras vidas, de allí que reconoce que actuaran así por la
falta de conocimiento. Además, nos revela que todos los libros proféticos
hablan del mesías y su sufrimiento (Isaías 53). También nos permite comprender
que el que no reconozcamos nuestra culpabilidad, no nos exime de nuestra
responsabilidad.
Act 3:19 Por tanto,
para que sean borrados sus pecados,
arrepiéntanse y vuélvanse a Dios,
Aquí
vemos como evangelizaban los apóstoles quienes declaraban al pueblo su pecado y
luego daban a conocer a Jesucristo y su función como sacrificio para perdón de
pecados por medio del arrepentimiento y el volverse a Dios.
Act 3:20 a fin de que vengan tiempos de descanso de
parte del Señor, enviándoles el Mesías
que ya había sido preparado para ustedes,
el cual es Jesús.
Solo
si existe un verdadero arrepentimiento que se evidencia con el volverse a Dios,
vendrán tiempos de reposo de parte del Señor, por eso, no desfallezcamos al
predicar el evangelio. Nuestra alma sin Dios vive constantemente agobiada por
las circunstancias de la vida, de manera que vivir se constituye en un
agotamiento constante a pesar de poder contar con todo lo que se quiere, la
conciencia siempre esta presente para agobiar al pecador con su pecado y
maldad.
Act 3:21 Es necesario que él permanezca en el cielo
hasta que llegue el tiempo de la restauración de todas las cosas, como Dios lo ha anunciado desde hace siglos
por medio de sus santos profetas.
Seguramente
todos se preguntarán porque este Jesús resucitado que les ha dado tal poder no
está presente luego de su resurrección, así que Pedro responde a esa inquietud
mostrándoles que Jesús necesariamente debe permanecer en el cielo hasta que
llegue el tiempo de la restauración de todas las cosas tal cual los escritos
proféticos lo revelaban. Aquí se nos revela el lugar en donde Cristo espera
hasta la restauración de todas las cosas.
Act 3:22 Moisés dijo:
Él Señor su Dios hará surgir para ustedes, de entre sus propios hermanos, a un profeta como yo; presten atención a todo lo que les diga.
Act 3:23 Porque quien no le haga caso será expulsado
del pueblo.'
En
efecto en el libro de Deuteronomio capitulo 18:15, 18, 19 encontramos lo
escrito por Moisés en donde se nos recuerda el surgimiento de un profeta de
entre su genealogía a quien debían prestar atención para no ser expulsados.
Este profeta al que se refiere Moisés es Jesús quien vino como profeta y al que
no le prestaron atención, por eso muchos fueron expulsados de la Israel
espiritual en la cual ya no hay judío o gentil.
Act 3:24 "En efecto, a partir de Samuel todos los profetas han
anunciado estos días.
Como
mencionamos anteriormente todos los libros proféticos anunciaron la venida del
mesías, su vida, su ministerio, su muerte y resurrección.
Act 3:25 Ustedes,
pues, son herederos de los
profetas y del pacto que Dios estableció con nuestros antepasados al decirle a
Abraham: 'Por medio de tu descendencia
serán bendecidos todos los pueblos del mundo.'
También
hace alusión a la herencia que como pueblo de Dios tenían por medio del pacto
que Dios había establecido con Abraham, recordándoles las palabras de Genesis
capitulo 22:18 en donde nos recuerda que el mesías vendría de la descendencia
de Abraham, punto que Jesús cumplía.
Act 3:26 Cuando Dios resucitó a su siervo, lo envió primero a ustedes para darles la
bendición de que cada uno se convierta de sus maldades."
Y
en cumplimiento con ese pacto Jesús resucito y fue enviado primeramente a los
judíos para que se convirtieran de su pecado, arrepintiéndose y volviéndose a
Dios.