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martes, 29 de agosto de 2017

ESTUDIO BÍBLICO JUAN 9


ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

Joh 9:1  A su paso,  Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento.
Joh 9:2  Y sus discípulos le preguntaron:  --Rabí,  para que este hombre haya nacido ciego,  ¿quién pecó,  él o sus padres?
Joh 9:3  --Ni él pecó,  ni sus padres --respondió Jesús--,  sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida.
El religioso concibe el pecado como la desgracia del hombre, pero para Dios hay caminos más complejos, mientras todos creían que si un hombre nacía ciego era por su pecado o el de sus padres, Jesús derriba tales argumentos y les dice que eso sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente. Nuestras limitaciones, defectos y problemas hacen que Dios sea glorificado cuando los demás ven su obrar en nosotros. Este hombre no podía ver, pero sus otros sentidos probablemente le hacían que más fácilmente pudiera percibir a Dios. Nuestros ojos nos distraen de lo esencial, pero aquellos que no ven son aventajados en el camino espiritual, pues esta libres de una de las más grandes distracciones, así que les es más probable volverse a Dios con facilidad.
Joh 9:4  Mientras sea de día,  tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió.  Viene la noche cuando nadie puede trabajar.
Este pasaje también se aplica para el creyente que debe procurar llevar la luz de Cristo a todo lugar al que sea enviado, para que mientras esta permanece se pueda obrar en favor de los hombres.
Joh 9:5  Mientras esté yo en el mundo,  luz soy del mundo.
Jesús es la luz del mundo, y con su luz limpio nuestros ojos de las tinieblas que los cubrían, ahora ha dejado a su iglesia para que continúe siendo su luz llevándola a donde hay oscuridad y necesidad.
Joh 9:6  Dicho esto,  escupió en el suelo,  hizo barro con la saliva y se lo untó en los ojos al ciego,  diciéndole:
Joh 9:7  --Ve y lávate en el estanque de Siloé  (que significa:  Enviado).  El ciego fue y se lavó,  y al volver ya veía.
Todos los milagros que Jesús hizo se valió de la fe del necesitado y uso aquello que tenía a la mano, en este pasaje en particular el ciego es untado con barro y le envía a lavarse a un estanque llamado Siloé que significa en el original enviado, lo cual nos habla sobre el ser limpiados y sanados al cumplir con lo ordenado por Cristo, aquello a lo cual fuimos enviados.
Joh 9:8  Sus vecinos y los que lo habían visto pedir limosna decían:  "¿No es éste el que se sienta a mendigar?"
Joh 9:9  Unos aseguraban:  "Sí,  es él."  Otros decían:  "No es él,  sino que se le parece."  Pero él insistía:  "Soy yo."
Joh 9:10  --¿Cómo entonces se te han abierto los ojos?  --le preguntaron.
Joh 9:11  --Ese hombre que se llama Jesús hizo un poco de barro,  me lo untó en los ojos y me dijo:  'Ve y lávate en Siloé.' Así que fui,  me lavé,  y entonces pude ver.
Joh 9:12  --¿Y dónde está ese hombre?  --le preguntaron.  --No lo sé --respondió.
Juan evidencia lo que sucedió después de aquella sanidad, en donde los que le conocían le reconocieron y le preguntaron lo que había sucedido, y demuestra que este hombre no tenía una revelación mayor de Jesús, más que su nombre, pero aun así fue sano para que el poder de Dios se hiciera manifiesto.
Joh 9:13  Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego.
Joh 9:14  Era sábado cuando Jesús hizo el barro y le abrió los ojos al ciego.
Joh 9:15  Por eso los fariseos,  a su vez,  le preguntaron cómo había recibido la vista.  --Me untó barro en los ojos,  me lavé,  y ahora veo --respondió.
Joh 9:16  Algunos de los fariseos comentaban:  "Ese hombre no viene de parte de Dios,  porque no respeta el sábado."  Otros objetaban:  "¿Cómo puede un pecador hacer tales señales?"  Y había desacuerdo entre ellos.
Joh 9:17  Por eso interrogaron de nuevo al ciego:  --¿Y qué opinas tú de él?  Fue a ti a quien te abrió los ojos.  --Yo digo que es profeta --contestó.
Este inesperado milagro maravilloso supuso un evento extraordinario que trastoco la cotidianidad de aquella comunidad, de tal forma que fue llevado ante los fariseos quienes eran los líderes religiosos de aquel lugar para que vieran lo que había sucedido. Juan aclara que el día en que sucedió este milagro era sábado con una doble connotación, primero que Jesús era Señor del sábado y la otra para hacer notorio como el hombre se había adueñado de este día con sus normas y legalismos religiosos. Mientras unos se maravillaban por lo que veían como una evidencia del poder de Dios otros solo se preocupaban por las formalidades, el hecho de que el milagro hubiese sido hecho en sábado y que según ellos esto significaba que no respetaba el sábado. Muchas veces el sistema religioso constriñe el poder de la verdad que es evidente, pero que puede ser tergiversada por los legalistas. Aquí se hace notoria la revelación pobre que aquel hombre tenía de Jesús al cual solo veía como un profeta, pero esto no le impidió ser sano.
Joh 9:18  Pero los judíos no creían que el hombre hubiera sido ciego y que ahora viera,  y hasta llamaron a sus padres
Joh 9:19  y les preguntaron:  --¿Es éste su hijo,  el que dicen ustedes que nació ciego?  ¿Cómo es que ahora puede ver?
Joh 9:20  --Sabemos que éste es nuestro hijo --contestaron los padres--,  y sabemos también que nació ciego.
Joh 9:21  Lo que no sabemos es cómo ahora puede ver,  ni quién le abrió los ojos.  Pregúntenselo a él,  que ya es mayor de edad y puede responder por sí mismo.
Joh 9:22  Sus padres contestaron así por miedo a los judíos,  pues ya éstos habían convenido que se expulsara de la sinagoga a todo el que reconociera que Jesús era el Cristo.
Joh 9:23  Por eso dijeron sus padres:  "Pregúntenselo a él,  que ya es mayor de edad."
Este milagro sigue causando revuelo, tanto que tuvieron que llamar a los padres del ciego a quienes los mismos padres reconocieron y dejaron ver el temor que tenían a los fariseos por medio de su poder religioso de expulsarlos de la sinagoga. Muchas son las veces que el sistema religioso manipula al pueblo solo por el temor que puede causar las decisiones que toman y palabras que dicen, las cuales podrían desprestigiarte y apartarte de la comunidad.
Joh 9:24  Por segunda vez llamaron los judíos al que había sido ciego,  y le dijeron:  --Júralo por Dios.* A nosotros nos consta que ese hombre es pecador.
Joh 9:25  --Si es pecador,  no lo sé --respondió el hombre--.  Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo.
Joh 9:26  Pero ellos le insistieron:  --¿Qué te hizo?  ¿Cómo te abrió los ojos?
Joh 9:27  --Ya les dije y no me hicieron caso.  ¿Por qué quieren oírlo de nuevo?  ¿Es que también ustedes quieren hacerse sus discípulos?
Joh 9:28  Entonces lo insultaron y le dijeron:  --¡Discípulo de ése lo serás tú!  ¡Nosotros somos discípulos de Moisés!
Joh 9:29  Y sabemos que a Moisés le habló Dios;  pero de éste no sabemos ni de dónde salió.
Seguramente entre los mismos fariseos tal testimonio del poder de Dios no les dejo tranquilos, así que de nuevo le traen ante ellos para que comparezca, y vuelven a preguntarle lo mismo, técnica que se usaba para saber si las dos versiones eran iguales o si eran un engaño, pero, él les responde diciéndoles que ya se los había dicho, y por qué querían volverlo a oír, si era que querían volverse sus discípulos a lo cual de forma orgullosa responden que eso lo sería mejor él, ellos se vanaglorian de ser discípulos de Moisés por seguir las tradiciones y escritos que el mismo les había dejado, lo cual solo hacían en apariencia, mientras su corazón se hallaba lejos de Dios.
Joh 9:30  --¡Allí está lo sorprendente!  --respondió el hombre--:  que ustedes no sepan de dónde salió,  y que a mí me haya abierto los ojos.
Joh 9:31   Sabemos que Dios no escucha a los pecadores,  pero sí a los piadosos y a quienes hacen su voluntad.
Joh 9:32   Jamás se ha sabido que alguien le haya abierto los ojos a uno que nació ciego.
Joh 9:33   Si este hombre no viniera de parte de Dios,  no podría hacer nada.
Joh 9:34   Ellos replicaron:  --Tú,  que naciste sumido en pecado,  ¿vas a darnos lecciones?  Y lo expulsaron.
El hombre inspirado por Dios les sorprende respondiendo con sabiduría, el reconoce lo sorprendente de un hombre que no se sabe de dónde viene pero hacia milagros, no para su vanagloria, sino para que la voluntad de Dios se cumpliese. Reconoce además que Dios no escucha a los pecadores, pero si a los que hacen su voluntad, que tremenda respuesta. Este tipo de milagros no eran comunes, aun dice que jamás se ha sabido de alguien que haya hecho lo que Jesús hizo, y si no proviniera de Dios nada podría hacer, sus palabras muestran que él estaba comprendiendo que Jesús era un enviado de Dios, aunque no supiera que era su hijo o tuviera la teología correcta sobre quien era, igualmente le defiende. A lo que los fariseos indignados al verse confrontados en sus cuestionamientos le dicen que es nacido de pecado y ahora pretende aleccionarles. Simples argumentos sin ninguna base para desprestigiar a quien con sabias palabras y no con doctrina cree y confía en aquel que vino de Dios. Una fe sencilla argumento ante la sapiencia del hombre y les derroto, al verse caídos, solo pudieron mentir para defenderse. Esto sucede con frecuencia, cuando alguien no tiene buenos argumentos usa la irracionalidad, la burla, la mentira para desprestigiar y atacar a quien le confronta.
Joh 9:35   Jesús se enteró de que habían expulsado a aquel hombre,  y al encontrarlo le preguntó:  --¿Crees en el Hijo del hombre?
Joh 9:36  --¿Quién es,  Señor?  Dímelo,  para que crea en él.
Joh 9:37  --Pues ya lo has visto --le contestó Jesús--;  es el que está hablando contigo
Joh 9:38   --Creo,  Señor --declaró el hombre.  Y,  postrándose,  lo adoró.
Joh 9:39   Entonces Jesús dijo:  --Yo he venido a este mundo para juzgarlo,  para que los ciegos vean,  y los que ven se queden ciegos.
Jesús sabe que lo que este hombre ha hecho por voluntad divina necesita la confirmación para que la fe sea completa. Le busca hasta encontrarle y le pregunta que si cree en el mesías enviado de Dios, conocido en el judaísmo como el Hijo del hombre, a lo cual con humildad responde: -¿quién es?- Jesús le confirma que es el, así que el hombre sin dar lugar a la duda, cree, se postra y le adora. Jesús recibe adoración, algo que solo estaba disponible para Dios, si el no fuese uno con el Padre, no podría recibirla porque con ello deshonraría a Dios. Otro argumento que fortalece la tesis de la triunidad divina. La revelación de Cristo siempre es progresiva, empieza con la fe, pero se perfecciona en la adoración y la rendición de nuestras vidas a él y su enseñanza.
Joh 9:40   Algunos fariseos que estaban con él,  al oírlo hablar así,  le preguntaron:  --¿Qué?  ¿Acaso también nosotros somos ciegos?
Joh 9:41   Jesús les contestó:  --Si fueran ciegos,  no serían culpables de pecado,  pero como afirman que ven,  su pecado permanece.

Este capítulo termina con una afirmación poderosa por parte de Jesús en la que dice que los ciegos, aquellos que no ven su pecado, no serán culpables de pecado, sino aquellos que afirman que ven, pero que son deshonestos con Dios al no reconocer su pecado. Los fariseos siempre fueron confrontados con sus enseñanzas, pues ellos creían conocer las escrituras, pero en Cristo veían como lo que creían se desvanecía en medio de la sencillez de sus enseñanzas. La arrogancia del conocimiento puede hacer que creamos que estamos bien cuando en realidad necesitamos reconocer nuestra ceguedad para poder ver con su luz.

lunes, 28 de agosto de 2017

TIEMPO DE REFLEXIÓN


Esta es una historia verídica de algo que pasó en la USC (Univer­sidad del Sur de California) hace algunos años.
Había un profesor de Filosofía que era un recalcitrante ateo, por lo que se encargaba en todo el semestre de su clase obligatoria de probar que Dios no podía existir.
Sus estudiantes siempre tenían miedo de discutir con él por su Impecable lógica.
Por 20 años enseñó su clase y nunca nadie tuvo el valor de opo­nerse a sus razonamientos.
Algunos discutían su punto de vista, claro está, pero nunca nadie se atrevió a confrontarlo, porque tenía su marcada reputación de destrozar a sus alumnos.
Al final del semestre, en el último día de clases, siempre les decía a sus más de 300 alumnos: "¡Si hay alguien aquí que todavía crea en Jesús, póngase de pie!".
En 20 años nadie se había puesto de pie, porque sabían lo que seguía...
El profesor continuaba diciendo: "Porque quien crea que Dios existe es un verdadero tonto".
“Si Dios existiera, podría detener este pedazo de gis para que no cayera al suelo y se rompiera en mil pedazos... Con esta tarea tan simple demostraría su existencia divina, pero no lo puede hacer". Y cada semestre soltaba el gis en el piso del salón de clases y se estrellaba, rompiéndose en muchos pedacitos... todos los estu­diantes veían sin poder hacer nada.
Así, muchos estudiantes salían convencidos de que Dios no podía existir...
Ciertamente había estudiantes de muchas religiones, cristianos bastantes, pero siempre todos temerosos de ponerse de pie, pues no encontraban argumentos para convencer al profesor. Hasta que llegó un “estudiante" que tenía que tomar su clase, pues era obli­gatoria, y aún sabiendo de la fama de dicho profesor, sentía la obligación moral de defender su fe... por lo que se fue preparando durante todo el semestre, rezando cada mañana para que Dios le diera la fuerza de levantarse, sin importar lo que el profesor dijera o hiciera, ni tampoco lo que la clase pensara, pues nadie ni nada debería impedirle dar testimonio de su fe.
Llegó el día final de clases... El profesor dijo: "¡Si hay alguien aquí que todavía cree en Dios, póngase de pie!".
Él tuvo el valor de levantarse... Tanto el profesor como todos sus compañeros se quedaron estupefactos...
El profesor le gritó: "Eres un tonto... si Dios existiera no permitiría que este gis se rompiera al caer al piso".
Al ir diciendo esto, el gis se le resbaló de la mano, rebotó por la manga de su camisa, rodó por los pliegues de su pantalón y luego lentamente por su zapato de piel suave... cayó al piso y simple­mente rodó sin romperse ni un pedacito siquiera...
La quijada del profesor se le abrió, mientras veía el gis intacto... no pudo articular palabra... miró al joven estudiante de pie... y salió avergonzado del salón de clases...
El joven, entonces, se puso en frente de todos y les habló de su fe en Dios y en Jesús por más de media hora, platicándoles de su experiencia de fe y de oración... del inmenso amor de Dios que nos manifiesta en Cristo Jesús...
Todos los estudiantes se quedaron a escucharlo... Dios es amor... nuestro guía es Jesús...

Juan 11:40  Jesús le dijo:  ¿No te he dicho que si crees,  verás la gloria de Dios?

Muchas veces recibiremos críticas, burlas y contrariedad por nuestra fe cristiana, por ello debemos estar siempre atentos para presentar defensa cuando sea el momento adecuado, no por vanidad u orgullo, sino para defender la verdad con respeto y mansedumbre; y para poder hacerlo necesitamos conocimiento y entendimiento de las verdades que como cristianos creemos, de modo, que podamos responder a judíos, romanos, sectarios, y ateos sobre nuestra fe. La historia nos recuerda que solo debemos creer con firmeza para que recibamos a su tiempo la ayuda de Dios, con lo cual podemos llegar a tocar el corazón de los hombres, aun de aquellos mas difíciles para creer. El versículo nos recuerda igualmente que solo necesitamos creer para ver a Dios glorificarse en todo lo que hacemos, yo mismo lo he visto en mi vida cuando he creido, asi que te invito a seguir creyendo y creciendo en la gracia de Dios por medio de su palabra.

GUIA DE ESTUDIO
¿Has visto a Dios glorificarse en alguna circunstancia de tu vida?
¿Qué te impide creer para confiar en Dios plenamente?
¿Has enfrentado desafíos para tu fe?

¿Como has respondido ante el desafío a tu fe?

domingo, 27 de agosto de 2017

PREDICA DOMINICAL - EL CRECIMIENTO LO DA DIOS


PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

EL CRECIMIENTO LO DA DIOS

"y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios".
Col. 2:19 RVR1960

INTRODUCCIÓN

Crecen en la iglesia los congresos, conferencias y predicadores que hablan de iglecrecimiento, cada uno tiene su fórmula magistral para decir a la iglesia lo que debe hacer para que esta crezca, algunos ponen énfasis en la infraestructura, otros en la oración, otros en los milagros, otros en la adoración, en fin, para cada cual se le tiene según su mejor parecer.

Se nos está instruyendo a que en cuanto mayor número de personas hay en la iglesia, mejor es, mayor unción, mayor bendición, pero, y si nos hacemos una pregunta sincera: ¿Cuánto le importa a Dios los números?, será que entre más grande una congregación mayor es la presencia de Dios, mayor es su gracia y bendición, o es solo una estrategia de mercadotecnia.

Por desgracia he tenido la oportunidad de conocer casos aberrantes de congregaciones grandes en donde pareciera que el único énfasis en su predicación y durante su servicio es el pedir dinero, otros han sufrido pavor al ser avergonzados por algunos predicadores por ser según ellos “tacaños o avaros” a la hora de dar su ofrenda, otros han sido atacados por sus mismos lideres al no completar el grupo que según ellos debían tener para la reunión en su casa, otros heridos por pastores que no les prestan atención y bueno, podría mencionar muchas cosas más.

DESARROLLO

Como podemos notar, las escrituras son claras en cuanto a que el crecimiento del cuerpo de Dios no depende del hombre, de lo que este haga, de las estrategias que tome, de lo singular, de lo milagroso que pueda ser o hacer, depende es de Dios porque así lo escribe Colosenses 2:19. La iglesia crece por la gracia de Dios y no depende de que tengamos la mejor alabanza, o al mejor predicador, depende de su gracia para con los pecadores. Cualquier otra estrategia de crecimiento nos lleva a congregar personas que no son verdaderamente discípulos, sino seguidores. Los seguidores no son comprometidos, no participan activamente, son flojos, perezosos y constantemente viven dependientes de su líder espiritual. Conformar una iglesia con estos parámetros hace que las congregaciones se vean advocadas a gastar tiempo y recursos valiosísimos de formas variadas para atraer más público, como congresos, al predicador de moda, predicadores que solo piden dinero.

Pero la iglesia está despertando, muchos son los creyentes firmes en el Señor que me escriben porque ya no toleran la falsa doctrina o a predicadores que solo quieren sacarles dinero con el pretexto de la unción, de la bendición u otro sin fin de artimañas. La iglesia debe servir al propósito por el cual fue establecida por Cristo mismo, para hacer discípulos, prepararlos, equiparlos y que sean duplicadores de la verdad mediante su testimonio y la predicación. Recordemos lo que nos dice Ap 12:11 "ellos lo han vencido por medio de la sangre del cordero y por el mensaje del cual dieron testimonio".

CONCLUSIÓN

En dónde vas a poner tu atención, en los números, en la unción, o en la obediencia, la búsqueda de Dios y la práctica de la verdad que es en donde de verdad habita la presencia de Dios. Claro que queremos ver a las multitudes llegar a los pies de Cristo, pero queremos verlas transformadas para que transformen, no llenas de malas enseñanzas por duplicar que hacen daño al evangelio. Es triste ver como la iglesia que protesto ante la riqueza y poder de la iglesia tradicional romana, se convierta en eso mismo contra lo que algún día no estuvo de acuerdo. 

El llamado de la iglesia sigue siendo el mismo, volvamos a las escrituras, conviértanse a Cristo y abandonen todo aquello que no sea conforme a la voluntad divina para que vayamos en pos del supremo llamamiento en Cristo.

Donde está la iglesia que vivía con humildad, a la que no le importaban los números, pero que llego a alcanzar el mundo; donde está la iglesia que se preocupa por los necesitados y que suple las necesidades espirituales de sus hermanos. Hoy hay inanición espiritual en muchas iglesias, pues solo conocen los pasajes bíblicos de la sanidad, la prosperidad, pero poco conocen aquellos que hablan del compromiso, de guardarse en santidad, del arrepentimiento, de abandonar el pecado y la maldad de nuestro corazón.
Iglesia preocúpate por hacer lo que Dios te mando a hacer, los números déjaselos a Dios, preocúpate por orar más, por ayunar más, por servir más, por amar más, el resto vendrá como añadidura.

Oremos, Señor nos volvemos a ti con un corazón sincero para reconocer que necesitamos de ti, si predicamos algo diferente a tu mensaje háznoslo saber, si no estamos obrando conforme a tu voluntad háznoslo saber, queremos obrar conforme a tu voluntad aunque todo nos cueste. No tenemos miedo pues el fuego por tu amor nos consume, amen.


viernes, 25 de agosto de 2017

MATRIMONIOS - EL COMPROMISO


EL COMPROMISO

Mat 5:37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.
Mat 19:5 y dijo:  Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?


INTRODUCCIÓN

Todo hombre moderno debe reconocer con sinceridad que le teme al compromiso, o que tiene una versión tergiversada del compromiso, sea por el ejemplo que ha recibido en su hogar o por el ejemplo de la sociedad en la que vive.

Veo con mucha preocupación como muchas parejas cristianas prefieren vivir en unión libre o sin casarse solo por el temor a comprometerse. He escuchado a parejas decir cosas como: - es mejor no casarse porque cuando uno se casa, el amor se enfría o se pierde -, ¡no!, eso no puede suceder, el creyente pone su confianza en Dios, no en el pensamiento de este mundo.

Otros solo siguen la norma que la sociedad impone, yo me crie viendo tan malos testimonios de las parejas casadas de mi familia, que no anhelaba casarme para nada, prefería estar soltero y sin compromiso, lo cual cambio radicalmente cuando conoces de Cristo, pues comprendes que es mejor casarse a estarse quemando. Y en una generación como la nuestra en donde la sexualidad sin compromiso es cada vez más común, los matrimonios tenemos un nuevo desafío, ser luz en medio de una generación llena de tinieblas en cuanto al compromiso.

DESARROLLO

El compromiso es tan difícil porque implica muchas cosas, implica que el hombre debe dejar la inmadurez y dejar a su padre y a su madre, lo cual no siempre es tan fácil, para algunos hijos es muy difícil desprenderse de la dependencia de sus padres, pero es necesario que la pareja deje a sus padres como símbolo de la madurez que tiene que afrontar en el hogar, y así evitando que los padres se entrometan en el hogar para generar conflictos.

El compromiso también implica unirse a la pareja, y esto nos incomoda aún más, porque en la unidad perdemos nuestro ego, el individualismo, pasamos de un “soy” a un “somos”. Escucho muchas parejas tener problemas porque uno de los cónyuges solo piensa en si mismo, su egoísmo le impide unirse a su pareja y abandonar su ego, en pos del amor. Quien solo piensa en si mismo, en su propia satisfacción, seguramente su hogar tarde o temprano no andará bien.

La unidad es un aspecto muy importante en el matrimonio, que pocos hogares comprenden y que de no ser entendida y puesta en práctica conducirá indefectiblemente al hogar a una ruptura. La unidad comprende el morir a uno mismo. Frecuentemente dentro del hogar se suscitan diferencias, problemas, discusiones que nos dan la posibilidad de morir a nosotros mismos, quien persiste en el conflicto, perseguirá con su herida al cónyuge y terminaran por divorciarse, pero cada problema tiene la verdadera intención de hacernos amar a nuestro cónyuge a pesar de sus faltas, busca además que perdonemos, que nos liberemos de la carga que produce la herida y que podamos lidiar con nuestro ego herido.

CONCLUSION

Un matrimonio solo puede sostenerse en medio de un compromiso genuino y perseverante de amor para con nuestro cónyuge, en el momento en que perdamos de vista nuestro compromiso dejaremos de lado toda posibilidad de mantenernos en unidad, por ende, la división lo consumirá todo.

Primero necesitamos comprender lo que significa el compromiso, lo que se necesita para este y lo que debemos tener en cuenta para soportarlo con amor. No somos mejores que nuestro cónyuge y el hogar no puede volverse un campo de batalla con vencedores, porque donde alguien vence siempre hay un perdedor, y en el hogar nadie gana, todos pierden, por eso debemos buscar ganar siempre de modo que procuremos la unidad.

La comprensión es muy importante para que el amor perdure y el compromiso lo sostenga, no por un mero cumplimiento para salir del que dirán, sino porque en nosotros el amor es más.

Oremos, Señor que nuestro compromiso sea firme, que si decimos si, entonces sea si, necesitamos hombres y mujeres comprometidos en seguirte para que tú nos ayudes a acomodar todo en el orden correcto dentro de nuestros matrimonios, nos sujetamos en obediencia a ti para con nuestro compromiso conyugal y nos decidimos a restaurarlo, seguirlo y vivirlo mientras vivamos, amen.


jueves, 24 de agosto de 2017

ESTUDIO BÍBLICO JUAN 8


ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

Joh 8:1  y Jesús se fue al monte de los Olivos.
La escritura nos muestra que Jesús siempre se apartaba para pasar tiempo a solas en la presencia del Padre en donde recibía las instrucciones para hacer su voluntad.
Joh 8:2  Y por la mañana volvió al templo,  y todo el pueblo vino a él;  y sentado él,  les enseñaba.
Parte de su ministerio era la enseñanza de la palabra la cual daba en cualquier lugar, aunque siempre que podía usaba el templo para compartir. La gente mostraba gran interés por sus enseñanzas revolucionarias.
Joh 8:3  Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio;  y poniéndola en medio,
Joh 8:4  le dijeron:  Maestro,  esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.
Como es posible que estos hombres religiosos sean capaces de exponerse al pecado de tal forma con tal de sorprender a la mujer en el acto mismo, pues para hacerlo, ellos tuvieron que presenciar tal acto despreciable.
Joh 8:5  Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres.  Tú,  pues,  ¿qué dices?
Joh 8:6  Mas esto decían tentándole,  para poder acusarle.  Pero Jesús,  inclinado hacia el suelo,  escribía en tierra con el dedo.
Las preguntas de los hombres religiosos siempre tienen una segunda intención, ellos trataban por todos los medios de tentarle a decir algo incorrecto para tener con que acusarle, pero Jesús no presta atención a sus preguntas sin sentido. El religioso no pregunta con el afán de entender, sino que lo hace para ver si la otra persona piensa igual o diferente, si piensa diferente le apartara y le condenara. Cuando Jesús escribe me hace pensar en aquello que el dedo de Dios escribió anteriormente, los 10 mandamientos (Exo 31:18). Puedo llegar a pensar que lo que escribe son los mandamientos de la ley de Dios.
Joh 8:7  Y como insistieran en preguntarle,  se enderezó y les dijo:  El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
Todos hemos pecado o algunos aun están en pecado, por lo que mirar la paja en el ojo ajeno es fácil, mientras que mirar la viga en nuestro ojo solo puede ocurrir por medio de la revelación divina. Lo que sucedió aquí debe perdurar en nuestras mentes como ejemplo vivo de cómo debemos actuar ante aquellos que se encuentran en pecado.
Joh 8:8  E inclinándose de nuevo hacia el suelo,  siguió escribiendo en tierra.
Joh 8:9  Pero ellos,  al oír esto,  acusados por su conciencia,  salían uno a uno,  comenzando desde los más viejos hasta los postreros;  y quedó solo Jesús,  y la mujer que estaba en medio.
Jesús responde magistralmente llegando a sus conciencias. Esta es la voz de aquel que habla al espíritu del hombre, siempre penetra en la intención real del corazón, para hacerle reflexionar sobre su caminar. Nadie pudo contra su conciencia, pues esta logro convencerlos de que ninguno era mejor que aquella mujer, por lo que la misericordia venció.
Joh 8:10  Enderezándose Jesús,  y no viendo a nadie sino a la mujer,  le dijo:  Mujer,  ¿dónde están los que te acusaban?  ¿Ninguno te condenó?
Joh 8:11  Ella dijo:  Ninguno,  Señor.  Entonces Jesús le dijo:  Ni yo te condeno;  vete,  y no peques más.
Jesús se da cuenta que nadie pudo ante su argumento, el cual, debe seguir vigente en nosotros siempre, pues no se nos llamó para acusar a pecadores, sino para llamar a los pecadores al arrepentimiento, acusarlos no es nuestro trabajo. Jesús no le condena, sus palabras esta llenas de amor, así mismo, no nos condena, pero sigue llamándonos a cambiar, a volvernos a Dios.
Joh 8:12  Otra vez Jesús les habló,  diciendo:  Yo soy la luz del mundo;  el que me sigue,  no andará en tinieblas,  sino que tendrá la luz de la vida.
Jesús nos dice que es la luz de este mundo, solo él puede despejar la oscuridad de aquellos que le siguen y al vivir y practicar sus enseñanzas poseerá la luz de la vida. Jesús es la luz de Dios que vino al mundo para que pudiéramos reconocer la condición en la que nos encontrábamos, perdidos. Solo esta luz en nosotros puede guiarnos de vuelta al Padre.
Joh 8:13  Entonces los fariseos le dijeron:  Tú das testimonio acerca de ti mismo;  tu testimonio no es verdadero.
Para que el testimonio de alguien fuese creíble tenía que ser probado por otra persona, pero quien probaría además de Cristo, que él era quien decía ser.
Joh 8:14  Respondió Jesús y les dijo:  Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo,  mi testimonio es verdadero,  porque sé de dónde he venido y a dónde voy;  pero vosotros no sabéis de dónde vengo,  ni a dónde voy.
Jesús les responde que el no necesita del testimonio de otro hombre, pues el mismo da testimonio de la verdad, pues él es la verdad, aunque ellos no lo reconocieron, Jesús sabe de dónde viene y para donde va, mientras ellos lo desconocían.
Joh 8:15  Vosotros juzgáis según la carne;  yo no juzgo a nadie.
Joh 8:16  Y si yo juzgo,  mi juicio es verdadero;  porque no soy yo solo,  sino yo y el que me envió,  el Padre.
Mientras el hombre que no es espiritual solo puede guiarse y juzgar según las apariencias, Jesús no juzga a nadie de esta forma. Si el juzga o establece un juicio lo hace basado en la verdad, pues su juicio es avalado por el Padre, ya que el no vino sino a hacer la voluntad del que le envió.
Joh 8:17  Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.
Jesús reconoce que las escrituras piden que para que algo sea probado como verdadero debe contar con el testimonio de al menos dos personas. Pero ¿como esto podría ser aplicado al mesías?, de ninguna manera.
Joh 8:18  Yo soy el que doy testimonio de mí mismo,  y el Padre que me envió da testimonio de mí.
Jesús responde a su petición diciéndoles que el cumple con la ley pues son dos los que dan testimonio de la verdad, el mismo y el Padre, pero esto solo podía ser reconocido por aquellos que en verdad conocieran y tuvieran una relación con el Padre, pero la religión no siempre es relación.
Joh 8:19  Ellos le dijeron:  ¿Dónde está tu Padre?  Respondió Jesús:  Ni a mí me conocéis,  ni a mi Padre;  si a mí me conocieseis,  también a mi Padre conoceríais.
Ellos querían conocer al padre natural de Jesús, que no existe, pues Jesús tuvo un padre putativo en la tierra llamado José, pero su verdadero Padre habita en los cielos. Jesús saca a relucir su verdadera condición religiosa, ellos no le conocían, no conocen la verdad aunque tienen las escrituras, porque la religiosidad impide ver la verdad aunque esta esté frente a nuestros ojos y por tanto tampoco conocían al Padre que ellos mismos decían defender y adorar. Aquí vemos como la religión puede darte una falsa sensación de ser algo que no eres.
Joh 8:20  Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas,  enseñando en el templo;  y nadie le prendió,  porque aún no había llegado su hora.
La voluntad de Dios se cumple por encima de la de los hombres, aunque estos querían aprenderle, no podían, no porque no tuvieran el poder para hacerlo, sino porque Dios no lo había permitido aún.
Joh 8:21  Otra vez les dijo Jesús:  Yo me voy,  y me buscaréis,  pero en vuestro pecado moriréis;  a donde yo voy,  vosotros no podéis venir.
Joh 8:22  Decían entonces los judíos:  ¿Acaso se matará a sí mismo,  que dice:  A donde yo voy,  vosotros no podéis venir?
Joh 8:23  Y les dijo:  Vosotros sois de abajo,  yo soy de arriba;  vosotros sois de este mundo,  yo no soy de este mundo.
Joh 8:24  Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados;  porque si no creéis que yo soy,  en vuestros pecados moriréis.
Jesús les habla con claridad, pero sus oídos poco entendidos en la verdad no podían comprender lo que les decía. Jesús pronto habría de irse de este mundo para cumplir su ministerio mediante la muerte en la cruz, su resurrección al tercer día, para volver al Padre y sentarse a su diestra, y aunque algunos le buscarían terrenalmente no podrían encontrarle, porque solo se le podría encontrar mediante la fe, más aún muchos de ellos morirían en sus pecados sin poder encontrar en Cristo la verdad. Esto les confunde profundamente, pues no se puede entender con la mente, una verdad espiritual. Luego les reconviene diciendo que ellos por su incredulidad pertenecen a lo terrenal, mientras el pertenece a lo espiritual. Si ellos continúan en su terquedad y duro corazón morirán en sus pecados, pero si llegasen a creer serian librados de ellos.
Joh 8:25  Entonces le dijeron:  ¿Tú quién eres?  Entonces Jesús les dijo:  Lo que desde el principio os he dicho.
Joh 8:26  Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros;  pero el que me envió es verdadero;  y yo,  lo que he oído de él,  esto hablo al mundo.
Joh 8:27  Pero no entendieron que les hablaba del Padre.
Jesús responde a sus inquietudes con palabras espirituales, lo cual les desconcierta, pues aunque se creen administradores de la verdad, no la comprenden. Ellos le exhortan a decirles quien es, a lo que el responde haciendo alusión al Padre y su ministerio.
Joh 8:28  Les dijo,  pues,  Jesús:  Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre,  entonces conoceréis que yo soy,  y que nada hago por mí mismo,  sino que según me enseñó el Padre,  así hablo.
Joh 8:29  Porque el que me envió,  conmigo está;  no me ha dejado solo el Padre,  porque yo hago siempre lo que le agrada.
Joh 8:30  Hablando él estas cosas,  muchos creyeron en él.
Jesús profetiza lo que habría de ocurrir con él, pues sería levantado en la cruz para que se cumpliese la ley y lo que esta exigía por el pecado. Jesús no hace su voluntad, sino la del Padre, no habla lo que a él le parece, sino que dice lo que el Padre le ha enviado a decir y él no está solo, pues está siempre con el Padre. Su ejemplo es testimonio de la verdad, y nos muestran el verdadero ejemplo de una vida consagrada a Dios, en donde no hacemos nuestra voluntad sino la suya, no decimos lo que mejor nos parece, decimos lo que él nos envió a decir.
Joh 8:31  Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él:  Si vosotros permaneciereis en mi palabra,  seréis verdaderamente mis discípulos;
Joh 8:32  y conoceréis la verdad,  y la verdad os hará libres.
He aquí otro requisito para el discípulo que quiere seguir las enseñanzas de Jesús, si verdaderamente queremos ser sus discípulos debemos permanecer, persistir y perseverar en sus palabras, no otras. Son sus palabras las que demos oír y poner por obra, nada más. Solo si meditamos en sus enseñanzas llegaremos al conocimiento de la verdad y esta nos liberara del yugo de la mentira, los prejuicios y el desamor.
Joh 8:33  Le respondieron:  Linaje de Abraham somos,  y jamás hemos sido esclavos de nadie.  ¿Cómo dices tú:  Seréis libres?
Aquí los judíos mienten, pues ellos si habían sido esclavos en Egipto y aún eran esclavos del pecado, pero no podían reconocerlo, porque no tenían la verdad. Ellos se jactaban de su linaje Abrahamico y se indignaban al escuchar que él podía hacerles libre. Qué difícil es para el religioso o el incrédulo reconocer que en Cristo hay libertad de la religiosidad y del pecado.
Joh 8:34  Jesús les respondió:  De cierto,  de cierto os digo,  que todo aquel que hace pecado,  esclavo es del pecado.
Todo aquel que peca y persevera en este es esclavo. No hay hombres libres, o somos esclavos de Cristo o lo somos del pecado, no hay mas.
Joh 8:35  Y el esclavo no queda en la casa para siempre;  el hijo sí queda para siempre.
Joh 8:36  Así que,  si el Hijo os libertare,  seréis verdaderamente libres.
Como esclavos del pecado jamás podrían permanecer en Dios a quien Jesús llama casa. Mientras el hijo si puede hacerlo. Para que el hombre pueda permanecer en Dios y volverse a casa, necesita la libertad que el hijo ha adquirido, de modo que pueda ser hecho hijo y permanecer en la libertad que la verdad nos da. Mientras no tengamos esta libertad aun seremos esclavos del pecado, sin importar la denominación cristiana o religiosa a la que pertenezcamos.
Joh 8:37  Sé que sois descendientes de Abraham;  pero procuráis matarme,  porque mi palabra no halla cabida en vosotros.
Joh 8:38  Yo hablo lo que he visto cerca del Padre;  y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre.
Solo los hijos pueden por medio del Espíritu Santo entender la verdad y que esta pueda penetrar las fortalezas mentales que hemos permitido, mientras Jesús habita en el Padre y le conoce, ellos solo le conocen por lo que han oído, pero oír algo de alguien no hace que se le conozca, para conocerle se necesita intimidad.
Joh 8:39  Respondieron y le dijeron:  Nuestro padre es Abraham.  Jesús les dijo:  Si fueseis hijos de Abraham,  las obras de Abraham haríais.
Joh 8:40  Pero ahora procuráis matarme a mí,  hombre que os he hablado la verdad,  la cual he oído de Dios;  no hizo esto Abraham.
El religioso siempre está a la defensiva, le cuesta escuchar argumentos diferentes. Jesús cuestiona su origen, el cual ellos atribuyen a Abraham, pero Jesús les dice que si en realidad lo fueran creerían como Abraham lo hizo, obedecerían como Abraham lo hizo y conocerían a Dios como Abraham lo hizo. Ellos solo procuraban hacer su propia voluntad nacida del temor que surgía cada vez que Jesús hablaba a sus corazones y revelaba sus malas intenciones.
Joh 8:41  Vosotros hacéis las obras de vuestro padre.  Entonces le dijeron:  Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos,  que es Dios.
Jesús les confronta con el verdadero origen de sus intenciones a las cuales les atribuye un padre, pero ellos ofendidos, refieren no haber nacido de fornicación y se defienden diciendo que su padre es Dios.
Joh 8:42  Jesús entonces les dijo:  Si vuestro padre fuese Dios,  ciertamente me amaríais;  porque yo de Dios he salido,  y he venido;  pues no he venido de mí mismo,  sino que él me envió.
Joh 8:43  ¿Por qué no entendéis mi lenguaje?  Porque no podéis escuchar mi palabra.
Joh 8:44  Vosotros sois de vuestro padre el diablo,  y los deseos de vuestro padre queréis hacer.  El ha sido homicida desde el principio,  y no ha permanecido en la verdad,  porque no hay verdad en él.  Cuando habla mentira,  de suyo habla;  porque es mentiroso,  y padre de mentira.
Joh 8:45  Y a mí,  porque digo la verdad,  no me creéis.
Joh 8:46  ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado?  Pues si digo la verdad,  ¿por qué vosotros no me creéis?
Joh 8:47  El que es de Dios,  las palabras de Dios oye;  por esto no las oís vosotros,  porque no sois de Dios.
Jesús se entremete con más ahínco en este asunto ante la defensa insulsa del religioso, diciéndoles que si ellos conocieran a Dios como su padre, ciertamente e Jesús le amarían como su Hijo, su enviado, su mesías esperado. Si fueran entendidos en Dios reconocerían de donde provenía Jesús, abandonarían sus prejuicios y le seguirían, pero esto no ocurrió para demostrar quien era el verdadero padre de sus intenciones. Solo quienes creen en el hijo, pueden entender su lenguaje y escuchar sus palabras si abandonan sus prejuicios religiosos. Pero quienes no los abandonan y persisten en sus malas intenciones tienen en el diablo al padre de sus intenciones, y responden a sus deseos. El diablo no considero la vida y prefirió la muerte desde el comienzo, no tolero la verdad y fue corrompido por la mentira, así que todo el que habla mentira habla desde el abandono de la verdad divina.
Joh 8:48  Respondieron entonces los judíos,  y le dijeron:  ¿No decimos bien nosotros,  que tú eres samaritano,  y que tienes demonio?
Sus palabras son insultos judíos para desacreditar a Jesús como judío y como aquel que decía ser. Su insolencia e insensatez es increíblemente virulenta. Han visto a Jesús hacer milagros, explicar las escrituras, hacer señales milagrosas pero aun así osan decirle que tiene un demonio.
Joh 8:49  Respondió Jesús:  Yo no tengo demonio,  antes honro a mi Padre;  y vosotros me deshonráis.
Joh 8:50  Pero yo no busco mi gloria;  hay quien la busca,  y juzga.
Joh 8:51  De cierto,  de cierto os digo,  que el que guarda mi palabra,  nunca verá muerte.
Jesús se defiende ante semejante calumnia, reconociéndola como deshonra, pero no lo hace por querer la gloria de los hombres, sino en defensa a la verdad. Quien busca la gloria de los hombres juzgara con dureza y engaños a los demás, los tratara como poco espirituales o buscara siempre argumentos para atacarles. Pero aquel que persevera en las palabras de Jesús jamás vera la muerte, mas conocerá la vida eterna.
Joh 8:52  Entonces los judíos le dijeron:  Ahora conocemos que tienes demonio.  Abraham murió,  y los profetas;  y tú dices:  El que guarda mi palabra,  nunca sufrirá muerte.
Joh 8:53  ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham,  el cual murió?  ¡Y los profetas murieron!  ¿Quién te haces a ti mismo?
Ahora si se sintieron aludidos al escuchar la verdad en labios de Jesús, pero ellos solo le escuchan para buscar como atacarle, el incrédulo que escucha solo busca el error, pero el creyente se dispone para entender la verdad. Ellos le cuestionan las palabras de Jesús revela quien es el, pero ellos solo buscan que él lo diga para caerle con todo el peso de la ley y capturarle para matarle. Sus palabras son influenciadas por el temor, la codicia y la vanidad que el diablo ha infundido en ellos.
Joh 8:54  Respondió Jesús:  Si yo me glorifico a mí mismo,  mi gloria nada es;  mi Padre es el que me glorifica,  el que vosotros decís que es vuestro Dios.
Joh 8:55  Pero vosotros no le conocéis;  mas yo le conozco,  y si dijere que no le conozco,  sería mentiroso como vosotros;  pero le conozco,  y guardo su palabra.
Joh 8:56  Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día;  y lo vio,  y se gozó.
Joh 8:57  Entonces le dijeron los judíos:  Aún no tienes cincuenta años,  ¿y has visto a Abraham?
Joh 8:58  Jesús les dijo:  De cierto,  de cierto os digo:  Antes que Abraham fuese,  yo soy.
Joh 8:59  Tomaron entonces piedras para arrojárselas;  pero Jesús se escondió y salió del templo;  y atravesando por en medio de ellos,  se fue.
Jesús responde con tranquilidad y verdad a cada uno de los ataques infames que en su contra realizan. Él se revela a ellos como el Hijo de Dios, y aunque se los dice de frente ellos no le quieren escuchar, antes quieren matarle, a lo que Jesús sabiendo que no es su hora, se esconde y sale del templo en medio de ellos. Quien conoce a Dios, conoce su palabra, en la cual se encuentra el verbo, Abraham le conoció y se gozó de poder ver el día en que Jesús habría de venir a salvar a los pecadores, pero aquellos que dicen ser sus descendientes no le reconocen.