lunes, 6 de mayo de 2013

TIEMPO DE REFLEXIÓN



Todo hombre que te busca va a pedirte algo...
El rico aburrido, la amenidad de tu conversación; el, pobre, tu dine­ro; el triste, un consuelo; el débil, un estímulo; el que lucha, una ayuda moral.
Todo hombre que te busca, de seguro va a pedirte algo. ¡Y tú te vuelves impaciente!, y tú piensas, ¡qué fastidio! ¡Infeliz! La ley es­condida que reparte misteriosamente las excelencias, se ha dig­nado otorgarte el privilegio de los privilegios, el bien de los bienes, la prerrogativa de las prerrogativas: ¡DAR! ¡TÚ PUEQES DAR! ¡En cuántas horas tiene el día, tú das, aunque sea una sonrisa, aun­que sea un apretón de manos, aunque sea una palabra de aliento! ¡En cuántas horas que tiene el día te pareces a Jesús, que no es sino donación perpetua y regalo perpetuo! Debieras caer de rodi­llas ante el Padre y decirle: "¡Gracias porque puedo dar, Padre mío! ¡Nunca más pasará por mi semblante la sombra de una im­paciencia!".
Hechos 20:35  Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados,  recordando las palabras del Señor Jesús:  'Hay más dicha en dar que en recibir.'  "
Solo en ti está dispuesta por Dios la gracia de dar, pero solo podemos dar de lo que tenemos en abundancia, no de lo que nos sobra, sino de aquello que más nos cuesta, por eso el amor es así, está diseñado para dar, la persona que busca que le den no ha entendido verdaderamente el sentido del amor que va más allá de recibir, pues para recibir solo se necesita disposición, mientras que para dar se necesita compromiso, entrega, muerte a sí mismo, al egoísmo que surge naturalmente en el hombre debido a la caída.
Es en el dar que se muere a sí mismo, para que la naturaleza divina de Dios pueda fluir a través nuestro, para servir como instrumentos de amor y de justicia, es donde el ego sufre perdida tras perdida para perderse en sí mismo y dar cabida a la bondad y al amor, para que estos fluyan del interior al exterior, para que fluya con libertad. Es en dar que se conoce el corazón del hombre de Dios, pues aquellos que han sido perfeccionados por Dios, dar es natural y es allí cuando Dios puede decidir usarte para sus propósitos, pues siempre encontrara un corazón dispuesto.

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