lunes, 30 de julio de 2012

TIEMPO DE REFLEXION



¿Han visto los girasoles? Se trata de una flor, que gira siempre en busca del sol. Y es por esa razón que es popularmente llamada girasol. Cuando una pequeña y frágil semilla de dicha flor brota en medio de otras plantas, busca inmediatamente la luz solar. Es como si supiera, instintivamente, que la claridad y el calor del sol le harán posible la vida. ¿Y qué le sucedería a la flor si la colocáramos en un lugar bien cerrado y oscuro? Seguramente, en poco tiempo, se moriría.
Mat 6:31-34   Así que no se preocupen diciendo:  '¿Qué comeremos?' o '¿Qué beberemos?' o '¿Con qué nos vestiremos?'  Porque los que no creen andan tras todas estas cosas,  y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan.  Más bien,  busquen primeramente el reino de Dios y su justicia,  y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto,  no se angustien por el mañana,  el cual tendrá sus propios afanes.  Cada día tiene ya sus problemas.

Tal cual los girasoles, nuestro cuerpo físico también necesita de la luz y del calor solar, de la lluvia y de la brisa, para mantenernos vivos. Pero, no es sólo es el cuerpo el que necesita de cuidados para proseguir firme. El espíritu, igualmente necesita de la luz divina para mantener encendida la llama de la esperanza, la fe y el amor. Precisa del calor del amor, de la brisa de la esperanza, de la lluvia de bendiciones que viene desde lo alto por medio de la fe. Sin embargo, es necesario que hagamos esfuerzos para respirar el aire puro, por encima de las circunstancias desagradables que nos rodean. Muchos de nosotros permitimos que los vicios, la pereza, el dolor, el afán, la preocupación ahoguen nuestras ganas de buscar la luz y nos debilitamos día tras día como una planta mustia y sin vida y es entonces cuando nos dejamos enredar en el zarzal de la haraganería, de la desidia y reclamamos de la suerte sin hacer esfuerzos para salir de la situación que nos desagrada. Y es allí, donde debemos recordar que para poder crecer de acuerdo con los planes divinos, el Creador coloca a nuestra disposición todo lo que necesitamos. Es en el amparo de Dios que podemos recibir consuelo y fortaleza y seguridad en todos los momentos... La presencia de  Jesús en las horas de alegría o de tristeza, nos debe impulsar hacia adelante. Son las posibilidades de aprendizaje que surgen a cada instante en el recorrido, haciéndonos más claros y preparados para decidir cuál es el mejor camino a tomar. Pero, ¿qué sucede con nosotros cuando nos encerramos en la oscuridad de la depresión, el dolor o de la melancolía y así permanecemos por voluntad propia?. Pues morimos. Debemos entender que Dios tiene un plan de para cada uno de nosotros y que para alcanzarlo, es preciso que busquemos los recursos disponibles. Es preciso que imitemos al girasol. Que busquemos siempre la luz, incluso cuando las tinieblas insistan en rodearnos. Es necesario buscar la luz que proviene de Dios; el apoyo espiritual de Jesús en nuestras vidas es vital, para así no depender de los amigos, la familia, o la pareja en los momentos más difíciles en que nos sentimos desanimar pues cualquiera puede fallarnos accidentalmente o intencionalmente. Es necesario buscar la ayuda de aquel que nunca nos abandonara, pues conoce nuestras debilidades y nos espera con paciencia y amor para perdonarnos, restaurarnos y bendecirnos, él es Jesús. Cuando las dificultades y los problemas se hagan insoportables, intentando sofocar la disposición para la lucha, recuerda a los girasoles y busca la luz divina a través de la oración sincera. Así que busquemos primero el Reino de Dios y su justicia a través de la oración y el resto de cosas felicidad, paz, alegría, bendición, fe, esperanza y amor nos serán añadidas, Buscas primero a Dios en tus dificultades? o es la última opción?.

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